El idilio entre el bitcoin, las corporaciones y la banca de Wall Street continua pese a la reciente corrección del rally de febrero que llevó a la reina de las criptomonedas a recalar en los 43.000 dólares el fin de semana, en una caída de cerca del 25% desde el máximo de tan sólo siete antes, por encima de 58.000 dólares. No obstante y pese a este retroceso, la creación de Satoshi Nakamoto sigue estando un 50% por encima del nivel de 30.000 dólares con el que empezó el año y recibe cada vez más y más respaldo de los grandes inversores. Sin ir más lejos, JP Morgan ha recomendado a los inversores, con mucha cautela, que consideren añadir la criptomoneda a sus colocaciones de capital.
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“En una cartera multiactiva, los inversores pueden añadir hasta un 1% de su asignación a las criptodivisas para lograr un aumento de la eficiencia en los rendimientos generales ajustados al riesgo", han señalado, un consejo que, sin embargo, muchos inversores no saben cómo seguir.
Para los minoristas no es fácil diversificar en este activo que se ha convertido en la niña bonita de fondos de cobertura y empresas ya que “representan una alternativa a las monedas fiduciarias, devaluadas por una década de política monetaria acomodaticia”, señala Simon Peters, analista de eToro, por lo que “no es de extrañar que tantos inversores busquen almacenes de valor alternativos”. “Como hemos visto en los precios de las últimas semanas, y en ocasiones anteriores, muchas de las ventas están actuando como oportunidades de compra para los inversores que desean entrar en los criptoactivos por primera vez”.
Pero muchos participantes del mercado siguen mirándose las criptodivisas desde de la barrera, ya que se trata de activos complicados: son históricamente caros, volátiles, no pueden comprarse a través de una cuenta en cualquier Broker y no están respaldados por una institución financiera. Y precisamente estas características suscitan enconados debates entre sus defensores, que han alabado al bitcoin como una cobertura contra la inflación y sus detractores, que siguen hablando de burbuja y poniendo en duda su prevalencia. Y aunque ningún gran operador se atreve a negar su carácter eminentemente especulativo, cada vez son más quienes ven un gran atractivo en la ecuación riesgo-beneficio. Más aún si como señala JP Morgan se usa como una herramienta de diversificación en una cartera, si el inversor tiene sólo un pequeño interés en el bitcoin.
Pero ante las dudas, algunos expertos aconsejan buscar formas de exposición indirecta al bitcoin y las ‘altocins’, como primer paso para explorar esta clase de activos antes de lanzarse a las compras. Si bien es posible que no proteja completamente a los inversores de la volatilidad característica de la criptodivisa, puede darles cierto respaldo contra las pérdidas.
La primera y más sencilla es invertir en empresas que hayan efectuado operaciones de tesorería en bitcoins u otra criptodivisa. Se pueden encontrar oportunidades en un amplio grupo de empresas que cotizan en bolsa en diferentes sectores y que han añadido bitcoin a su balance o tienen servicios para almacenar o pagar con criptodivisas. En este grupo destaca Tesla, catalizadora del rally de febrero en la creación de Satoshi Nakamoto al revelar compras por valor de 1.500 millones de dólares, pese a que la empresa que más bitcoins tiene y que se ha convertido en un fondo cotizado de facto en la criptones reina es MicroStrategy. La compañía de inteligencia empresarial posee algo más de 90.500 bitcoins y se ha revalorizado un 736% desde que la acción se convirtió en un ETF del bitcoin. La valoración de mercado de la empresa se ha disparado desde menos de 2.000 millones de dólares en agosto hasta más de 10.000 millones en la actualidad.
Otra forma en la que los inversores pueden exponerse a la criptodivisa es invirtiendo en empresas que cotizan en Bolsa y que tienen tecnología relacionada con el comercio de monedas o que utilizan blockchain, la tecnología sobre la que está construido el bitcoin.
Los expertos también destacan empresas como Square y Paypal que permiten a los usuarios comerciar con criptodivisas en sus plataformas. Además, empresas como Riot Blockchain y Galaxy Digital se centran en la criptomoneda y la tecnología subyacente. Y grandes nombres de la tecnología como Microsoft, IBM, Google, SAP y Amazon utilizan blockchain en diferentes partes de su negocio.
INVERTIR EN FONDOS
También es posible invertir en fondos que tengan bitcoin y otras criptodivisas, explica Doug Boneparth, CFP y presidente de Bone Fide Wealth en Nueva York en declaraciones a 'CNBC'. En este momento, hay algunos actores que están creando fideicomisos de bitcoin, prosigue, y señala a empresas como Grayscale y Osprey que ayudan a los inversores minoristas a navegar por la criptodivisa.
"Comprarla en el marco de un fondo es probablemente más familiar para el inversor minorista que cualquier otra cosa", añade. Además, trabajar con un fondo significa que se trata con la empresa que lo gestiona para cualquier pregunta o información que se necesite sobre la cuenta, como establecer una contraseña, hacer un seguimiento de las ganancias y las pérdidas o recopilar documentos para presentar los impuestos.
Asimismo, también existe la opción de invertir en vehículos que tienen exposición a las criptomonedas y la tecnología blockchain, como el fondo cotizado en bolsa Ark Next Generation Internet, por ejemplo. El ETF tiene exposición a cosas como la inteligencia artificial, los grandes datos, la computación en la nube y la cadena de bloques. De acuerdo con los datos recopilados recientemente por la consultora PwC, ya hay más de 150 de estos fondos alternativos de criptodivisas. Dos de cada tres fondos de este tipo se crearon entre 2018 y 2019.
