James Peebles, Michel Mayor y Didier Queloz han recibido el Premio Nobel de Física 2019, por sus contribuciones a la comprensión de la evolución del Universo y el lugar de la Tierra en el cosmos.
Según el fallo del jurado, Peebles, físico canadiense profesor en Princeton, ha sido reconocido por sus "descubrimientos teóricos en cosmología física". Predijo algunas de las más importantes propiedades de las fluctuaciones del fondo de radiación de microondas ya en la década de 1970. Más tarde desarrolló las bases para la descripción estadística de la estructura del universo.
Mayor -profesor suizo del Departamento de Astronomía de la Universidad de Ginebra-, y Queloz -astrónomo también basado en Ginebra- lo han sido por el descubrimiento de un "exoplaneta orbitando una estrella como el sol", en concreto el hallazgo en 1995 de 51 Pegasi b.
Por sus contribuciones a la comprensión de la evolución del Universo y el lugar de la Tierra en el cosmos
El jurado del Nobel destacó en un comunicado que las ideas de James Peebles sobre la cosmología física han enriquecido todo el campo de investigación y sentaron las bases para la transformación de la cosmología en los últimos cincuenta años, desde la especulación hasta la ciencia. Su marco teórico, desarrollado desde mediados de la década de 1960, es la base de nuestras ideas contemporáneas sobre el universo.
El modelo Big Bang describe el universo desde sus primeros momentos, hace casi 14 mil millones de años, cuando era extremadamente caluroso y denso. Desde entonces, el universo se ha expandido, volviéndose más grande y más frío. Apenas 400.000 años después del Big Bang, el universo se volvió transparente y los rayos de luz pudieron viajar a través del espacio. Incluso hoy, esta antigua radiación está a nuestro alrededor y, codificada en ella, muchos de los secretos del universo se esconden. Usando sus herramientas y cálculos teóricos, James Peebles pudo interpretar estos rastros desde la infancia del universo y descubrir nuevos procesos físicos.
Los resultados nos mostraron un universo en el que solo se conoce el 5% de su contenido, la materia que constituye las estrellas, los planetas, los árboles y nosotros. El resto, el 95%, es materia oscura y energía oscura desconocidas. Este es un misterio y un desafío para la física moderna, subraya el jurado.
En octubre de 1995, Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron el primer descubrimiento de un planeta fuera de nuestro sistema solar, un exoplaneta, que orbita una estrella de tipo solar en nuestra galaxia, la Vía Láctea. En el Observatorio de la Alta Provenza en el sur de Francia, utilizando instrumentos hechos a medida, pudieron ver el planeta 51 Pegasi b, una bola gaseosa comparable con el gigante gaseoso más grande del sistema solar, Júpiter.
Para el jurado del Nobel, este descubrimiento inició una revolución en astronomía y desde entonces se han encontrado más de 4.000 exoplanetas en la Vía Láctea. Todavía se están descubriendo nuevos mundos extraños, con una increíble riqueza de tamaños, formas y órbitas. Desafían nuestras ideas preconcebidas sobre los sistemas planetarios y están obligando a los científicos a revisar sus teorías sobre los procesos físicos detrás de los orígenes de los planetas.
Con numerosos proyectos planeados para comenzar a buscar exoplanetas, eventualmente podemos encontrar una respuesta a la eterna pregunta de si hay otra vida ahí fuera, añade.