- Pueden darnos datos muy valiosos sobre la composición y formación del sistema solar
La sonda enviada hace un década para alcanzar al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, se encuentra en el punto más cercano del objeto celeste, y ahora todo depende del papel de la industria de los científicos españoles que se encuentran sumergidos en un proyecto conjunto entre la Universidad Politécnica de Madrid, el CSIC, el Instituto Astrofísico de Andalucía y empresas como Espacio de SenerR.
Intentaran recabar información sobre la composición y origen de los cometas ya que según estos científicos, estas bolas de hielo sucio están compuestas de materiales comunes en todo el sistema solar, como son el carbón, hidrógeno, oxígeno o el nitrógeno. Aunque el éxito de ésta misión supone averiguar la composición exacta de unos cuerpos celestes muy difíciles de analizar debido a su tamaño y la lejanía. Describen órbitas muy amplias y además son muy escasos, lo que también dificulta su análisis. La cuestión es conseguir la mayor información posible para seguir descubriendo cosas sobre nuestro entorno, todo tipo de objetos celestes.
Después de diez años persiguiendo al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, la sonda alcanzara su máximo acercamiento el próximo miércoles. Las primeras imágenes enviadas por la sonda Rosetta han dejado perplejos a los científicos que no esperaban encontrar un núcleo doble en éste cometa. Según la Agencia Espacial Europea, la sonda ha recorrido nada menos que 6.400 millones de kilómetros, lo que supone unas cuarenta veces la distancia desde nuestra casa al Sol.
La intención de la misión es que a partir del miércoles, la sonda pueda caminar junto al cometa a menos de un metro por segundo, para que en el mes de noviembre pueda anclarse en la superficie del astro mediante el módulo Philae, de 110 kilogramos de peso y convirtiéndose así en el primer satélite que se pose sobre uno de estos cuerpos celestes. Una de las dificultades es que el cometa tiene muy poco fuerza de atracción o gravedad y obliga de esta manera a ser muy preciso con el lugar de anclaje.
Crisa es otra de las empresas españolas involucrada en el proyecto. Participa con varios equipos como la unidad electrónica del navegador de estrellas y la cámara de navegación. Deimos Space, es quien ha gestionado la trayectoria a seguir.
Por otro lado, Airbus Defence and Space, ha participado en la fabricación de antenas de comunicación con la nave y otra empresa española más que ha contribuido en la misión es GMV, inmersa en el ajuste de la trayectoria de la sonda y aspectos de navegación.