- Por ahora, nadie piensa en operaciones por la dificultad de valorar los activos
El socio financiero de KPMG en EMEA y uno de los grandes gurús del sector, Francisco Uría, considera que las fusiones bancarias son inevitables a medio y largo plazo porque la caída del crédito por la crisis del coronavirus agravará las tendencias anteriores de falta de rentabilidad y márgenes mínimos por los tipos bajos. A su juicio, las entidades más débiles no tendrán otra salida que ser absorbidas. Ahora bien, no espera operaciones antes de fin de año.
"La expectativa de que la actual situación de baja rentabilidad y tipos seguirá durante un tiempo alentará a medio o largo plazo las fusiones bancarias. No es previsible que suceda a corto plazo porque existen demasiadas incertidumbres. Sería deseable que, a diferencia de lo ocurrido hasta ahora, pudieran ser fusiones transfronterizas en Europa”, señala Uría.
A su juicio, la crisis económica va a afectar a los diferentes bancos con distinta intensidad. La caída ingresos (la producción hipotecaria sufrirá una caída relevante al margen de moratorias), afectará más a los más débiles, que tendrán que buscar una salida en una operación corporativa.
Si ya existía un contexto de baja rentabilidad y tipos bajos, la expectativa de que ese entorno se prolongue alimentará todavía más las fusiones, opina, y añade que lo ideal sería que fueran transfronterizas, algo que lleva años pidiendo el BCE pero que no termina de producirse por la falta de sinergias en este tipo de operaciones.
Ahora bien, el socio de KMPG descarta que vayamos a ver fusiones a corto plazo. "No hay nadie pensando en esto en este momento", asegura, en línea con lo que han declarado los principales bancos en sus presentaciones de resultados del primer trimestre.
Hay dos razones para ello. La primera es la dificultad de valoración de activos y negocios en estos momentos por la incertidumbre sobre la duración y el impacto de la crisis, y sobre la recuperación posterior. La segunda es que no espera que veamos situaciones de emergencia como la del Banco Popular, ya que las medidas de liquidez del BCE van a contribuir mucho a evitarlas.
La conclusión es que será difícil que vaya a pasar algo a corto plazo (antes de final de año), ya que la situación de los mercados y las entidades lo hace poco probable. Pero no le cabe duda de que, a partir del próximo año, vamos a ver un nuevo proceso de concentración en la banca española.