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El consejero delegado de Abanca, Francisco Botas, el presidente, Juan Carlos Escotet, y el director general financiero, Alberto de FranciscoABANCA - Archivo

Abanca consiguió en 2020 un beneficio de 160 millones de euros, lo que representa un desplome del 60,5% respecto al ejercicio precedente, después de dedicar 273 millones a provisiones, aunque ha reconocido que se sienten "especialmente orgullosos" de los resultados obtenidos en el año de la pandemia de coronavirus.

En la presentación de los resultados este miércoles, el presidente, Juan Carlos Escotet, ha resaltado que la entidad aumentó su cobertura al 81,2% en un ejercicio que "ha puesto a prueba" sus capacidades, como consecuencia del impacto de la crisis sanitaria.

La reducción del 22,4% de los activos dudosos en el año colocó la tasa de morosidad en el 2%, la mitad de la media española (3,9%) y por debajo de la media europea (2,9%).

La cuenta de resultados del conjunto del año mostró un fuerte crecimiento del margen financiero, del 11,9%, y de los ingresos por prestación de servicios, un 14%, que han dado lugar a un aumento del 12,4% del margen básico. Por contra, los gastos vivieron un crecimiento inferior, del 3,9%, debido a la aprobación de medidas de eficiencia y a las sinergias procedentes de las integraciones de negocios realizadas.

"Esta situación difiere de la crisis del ladrillo", ha valorado Escotet sobre "los niveles de capital" y "de solvencia en su conjunto por dotaciones, por modelo de riesgo y por gobernanza". Todo ello, desde su punto de vista, "habla de un sistema bancario perfectamente preparado para enfrentar" los actuales retos.

Durante 2020, la entidad continuó incrementando su volumen de negocio, que, considerando la integración de Bankoa, se sitúa por encima de los 95.000 millones de euros.

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