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Los precios de consumo básicos en la capital de Japón han subido en marzo al pico más alto en dos años. Han sido impulsados por los costes de la energía, que han alcanzado un máximo de cuatro décadas tras la invasión rusa de Ucrania, según informa 'Reuters'.

La incesante tendencia al alza de los precios mundiales de las materias primas podría arruinar la frágil recuperación de Japón tras la pandemia, incluso cuando los contagios del Covid-19 disminuyan y se reduzcan las medidas de distanciamiento social, según los analistas.

El índice de precios al consumo (IPC) básico de Tokio, que excluye los volátiles alimentos frescos pero incluye los artículos energéticos, subió un 0,8% interanual en marzo, el ritmo más rápido desde diciembre de 2019. "Aunque la recuperación de Japón de la pandemia sigue siendo lenta, la reapertura de las economías occidentales ha apuntalado la inflación mundial antes de que Japón pudiera reabrir su economía", dijo Toru Suehiro, economista senior de Daiwa Securities.

La medida de la inflación en la capital japonesa se considera un indicador adelantado del IPC básico a nivel nacional, que se publica alrededor de un mes después. El aumento del 26,1% en los precios de la energía fue el que provocó la subida del IPC básico de Tokio en marzo, según los datos.

Sin embargo, atendiendo a la inflación de los precios de la gasolina, ésta se ha ralentizado con respecto a febrero gracias a los subsidios a los combustibles que el Gobierno amplió a principios de mes. En otros artículos como alimentos a base de trigos o servicios de entretenimiento también se vio reflejado un aumento de precios.

El primer ministro, Fumio Kishida, dará instrucciones a su gabinete la semana que viene para que elabore nuevas medidas de ayuda, como los subsidios a los combustibles y otros incentivos para los hogares.

"En abril desaparece parte del efecto de la tarifa especial para móviles, pero la esperada ampliación de los subsidios a los combustibles por parte del Gobierno puede evitar que la lectura del IPC básico de Japón se dispare mucho más allá del 2%", dijo Suehiro de Daiwa.

Además añadió que las subidas de costes provocadas por el conflicto ucraniano tardarán unos seis meses en llegar a las facturas de electricidad y gas de los consumidores, por lo que el golpe inflacionista para los hogares japoneses culminará a finales de este año.

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