El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha anunciado que no se presentará a las elecciones presidenciales del Partido Liberal Democrático que se celebrarán el próximo mes. Por ello, renunciará como primer ministro en septiembre, cuando el partido elija un nuevo líder, poniendo fin a un mandato de tres años.
Kishida ha perdido el apoyo del electorado en los últimos meses, ya que su mandato se ha visto salpicado por varios escándalos políticos.
En este sentido, ha señalado que "la política no puede funcionar sin la confianza del público", por lo que "ahora me concentraré en apoyar al nuevo líder electo del PLD como miembro de base del partido".
En los últimos meses, varios escándalos relacionados con la financiación del PDL y su relación con la controvertida Iglesia de la Unificación han minado su posición.
Además, su marcha coincide con un aumento de la volatilidad en la bolsa japonesa, que se desplomó el pasado Lunes Negro (15 de agosto), después de un cambio de rumbo en la política monetaria del Banco de Japón.