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Lo único a lo que agarrarse es a la posibilidad de que el nivel de ajuste/retroceso del 61,8% del impulso alcista previo ponga punto y final a las caídas.
La onza de oro acumula una caída desde los máximos de abril del 10%. Desde entonces no sólo tenemos impecables máximos y mínimos decrecientes (definición de tendencia bajista), sino que además no tenemos figura de vuelta de ningún tipo. En realidad, lo único a lo que agarrarnos es a la posibilidad de que los mínimos de la semana pasada (1.211 dólares) intenten poner freno a las caídas, por cuanto estamos hablando de un potencial nivel de soporte como es la zona del 61,8% de ajuste/retroceso de toda la subida desde finales de 2016.
Resumiendo, el nivel de los 1.200-1.211 dólares podría intentar funcionar como soporte en términos de medio plazo. Por debajo, restaría la totalidad del impulso, o lo que es lo mismo buscaría la zona de los 1.120 dólares.