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A la vista del gráfico, podemos observar cómo el título presenta una clara resistencia en la directriz bajista que une los máximos decrecientes desde finales de 2013.
Por mucho que pueda parece que Prisa ha rebotado en los últimos tiempos, sobre todo si lo medimos desde los mínimos de 2017 (+50%) lo cierto es que el título no puede ser más bajista. Simplemente, echemos un ojo al gráfico semanal del título desde finales de 2013. Este presenta una impecable zona de resistencia en la directriz bajista que une los continuos y sucesivos máximos decrecientes desde entonces. De hecho, los máximos anuales se frenaron al céntimo en dicha directriz bajista.
De lo que se deduce, que para poder decir que estamos ante un antes y un después en el título, más allá de los típicos rebotes puntuales, le exigiremos al título que salte y confirme por encima del último máximo decreciente (2,31). Mientras tanto, sólo tendremos rebotes dentro de una impecable tendencia bajista de fondo o primaria.
