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A la vista del gráfico desde finales de 2016 podemos ver cómo la petrolera ha rebotado con precisión máxima desde la directriz alcista que une los mínimos crecientes de los últimos dos años.
A pesar de dejarse Repsol cerca de un 20% desde los máximos anuales (e históricos) de 2018, podemos decir que la tendencia alcista de medio y largo plazo continúa intacta. De hecho, para ello basta con observar lo impecable de la recta directriz alcista en la que se ha estado apoyando el título desde principios de 2017. Y es que son ya cinco los apoyos consecutivos en la misma, en la directriz. Además, el rebote de los últimos días le ha llevado a colocarse por encima de la directriz bajista de corto plazo, la que une los máximos decrecientes desde el pasado mes de octubre. Por lo tanto y a modo de resumen se puede decir que en este momento el precio ha rebotado donde cabía que lo hiciera. O lo que es lo mismo, en la medida en que no se perforen los mínimos de diciembre (13,60) no tendremos mayor deterioro de los precios en términos de corto plazo.