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Lo más interesante del gráfico de la petrolera es que a pesar de las caídas del último trimestre de 2018 la tendencia alcista de medio y de largo plazo continúa siendo impecablemente alcista.
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Las caídas en los títulos de Repsol durante el último trimestre de 2018 fueron del 20%, mientras que en el mismo periodo el petróleo llegó a dejarse por el camino algo más del 40%. Luego, la petrolera aguantó bastante bien el chaparrón. Dicho esto y desde el punto de vista del análisis técnico lo que tenemos delante es una impecable tendencia alcista de fondo, con sus lógicas correcciones intermedias o fases de reacción. Es más, desde principios de 2017 podemos ver los numerosos apoyos por parte del precio en la recta soporte que une todos y cada uno de los sucesivos mínimos crecientes.
De manera que podemos decir que en la medida en que el título cotice por encima de esta recta soporte y, sobre todo, respete el último de los mínimos crecientes (13,60) no tendremos la más mínima señal de debilidad dentro de la actual estructura de los precios. Y por lo tanto, no se puede descartar una vuelta a los máximos anuales e históricos de 2018 en los 17 euros.
