Que las ventas de pánico del lunes no nos impidan ver el bosque

Es cierto que el mercado ha despertado, como no podía ser de otra manera, con fortísimas caídas en la apertura tras los últimos acontecimiento en el país heleno. Sin embargo es ahora cuando hay que tener la sangre fría para analizar las cosas y no querer ver fantasmas donde no los hay. Si analizamos las cosas con objetividad tenemos que el PIB de Grecia es menos del 2% del PIB total de la Zona Euro. Luego, para nada estamos hablando del inicio del fin de la eurozona ni nada parecido como a muchos les gusta pregonar (me refiero a los agoreros de turno que viene prediciendo el fin del mundo desde hace años y años). Hace cinco años fue cuando se dio a conocer que el país heleno había "amañado" sus cuentas para entrar en la eurozona y desde entonces, con especial intensidad en los últimos dos años, no se habla de otra cosa que Grecia.

Fíjense lo precupado que parece estar el mercado alemán, la "locomotora europea" que en este desplome sigue cotizando por encima del último mínimo decreciente. Y quién sabe si no cerramos hoy en positivo, en la bolsa todo es posible. No sería la primera vez ni será la última en que las bolsas nos sorprenden diciéndonos aquello de "muerto el perro se acabó la rabia". Aunque esto último parezca un comentario frívolo no es otra cosa que la capacidad de anticipación, de ponerse en el peor de los escenarios, de los mercados financieros. Sí, por su puesto que en los próximos días la volatilidad será mucho más alta de lo normal, pero ni mucho menos supone un deterioro de la tendencia largo placistas de las bolsas europeas. Por si acaso les recuerdo aquello que se dice sobre que "el mercado lo abren los novatos y lo cierran los profesionales".

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