¿Por qué decimos que el Ibex 35 presenta un importante soporte en los 8.200 puntos?

En el muy corto plazo debemos esperar cualquier tipo de movimiento, tanto al alza en forma de rebote como de continuidad de las últimas caídas.

IBEX 35

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0,87%

No podemos descartar un rebote importante por cuanto en diez sesiones hemos caído algo más del 10%, lo que hace que tengamos niveles de “sobreventa” extremos a la vez que se respira mucho miedo en el mercado. Ahora bien, y como ya comentamos a mediados de la semana pasada, todavía no hay pánico. Suele ocurrir que los rebotes se producen en muchas ocasiones cuando las lecturas de miedo son extremas y todavía no lo son. Por ejemplo, pánico vendedor fue el que se vio en la sesión del “lunes negro” del pasado 24 de agosto tras el desplome de China y después en Europa y Wall Street. Ni mucho menos quiero decir con ello que tenga que pasar lo mismo, pero es cierto que la fase correctiva sigue intacta a día de hoy y sin síntomas de ningún tipo que nos inviten a apostar por el final de los descensos. El Ibex 35 se apoyó la semana pasada en la base (por definición soporte) del canal bajista de los últimos meses, por lo tanto la posibilidad de rebotar con cierta fuerza está ahí.

Ahora bien, no descartemos que tras un potencial rebote el índice intente dirigirse hacia la importante zona de soporte de los 8.100-8.200 puntos. Este nivel se corresponde con un ajuste/retroceso del 61,8% de toda la subidas de los últimos años. Un ajuste del 61,8% (66% por aquello de dejar un pequeño filtro) del impulso alcista que llevó al Ibex 35 desde los 5.900 puntos (julio de 2012) hasta los máximos de abril de 2015 en los 11.884 puntos llevaría a nuestro selectivo a esos aproximadamente 8.000-8.200 puntos. Con todo y con eso es cierto debemos ser conscientes que si la figura de vuelta semanal en “cabeza y hombros” confirmada hace un par de semanas terminara cumpliendo con su objetivo mínimo teórico de caída podríamos esperar descensos hacia los 7.200 puntos. Vayamos poco a poco y que sea el precio el que nos diga qué es lo que quiere hacer y no nos adelantemos a los acontecimientos.