Las lecturas veraniegas no dejan de sorprenderme. Al final del mes de agosto hago balance y destaco de entre todas aquella que más me ha llamado la atención. Este año el premio se lo ha llevado un artículo publicado en un importante medio económico que “acusaba” a un gestor automatizado de los que operan en España de copiar exactamente las carteras de fondos indexados de otro de la competencia.
Nada nuevo bajo el sol. El concepto básico de fondo indexado, en sí mismo, explica que estamos ante una copia. No sé si pensar que solo la falta de formación financiera puede hacer que esta noticia sorprenda a alguien, pero los que nos movemos en esta importante industria de fondos sabemos que todos los partícipes tendrán la misma cartera si tienen el mismo índice de referencia. Eso es algo más que obvio. Y eso no es denunciable, como tampoco lo es decir que este tipo de fondos son caros porque cobran una comisión de gestión cuando no tienen gestión, solo se administran.
No quiero entrar en tecnicismos porque siempre llegaremos a la misma conclusión. Este concepto lo inventaron en EEUU en los años 50 y desde entonces muchos lo han copiado. Si tuviésemos mayor formación financiera esto ni se discutía. Los indexados son sinónimos de copiar. No se puede hablar de gestión activa, porque no la hay, ni de gestores, ni de riesgo. Es simple y llanamente replicar un índice, por lo que el coste debería ser el mínimo ya que copiar es lo más barato que hay.
En total, existen más de 20.000 índices distintos en el mundo. Así las cosas, la labor del emisor del fondo indexado es elegir uno de ellos y replicarlo. Los índices más replicados son el Morgan Stanley Capital Global Index (MSCI) y Renta Fija Global, que tienen una distribución geográfica en función del peso que tienen en el mercado. Crear carteras combinando ambos activos en porcentajes que son múltiplos de diez es la forma más básica de montar estas carteras y una de las más usadas.
Así que los inversores que optan por este modelo de gestión pasiva deben saber que no aporta la inteligencia de los gestores, ni su capacidad para buscar activos que sean más rentables que el del propio índice elegido. Esa es la diferencia principal con la gestión activa, en la que el día a día de los gestores se mueven entre el análisis y la toma de decisiones.
En este medio digital he hablado en otras ocasiones largo y tendido de ambos modelos, válidos por supuesto los dos. Ahora que empieza el curso es el momento de elegir el que mejor se adapte a tu idea de inversión.