Mientras Telefónica (la eterna promesa) respete los 7,25 euros hay lugar para la esperanza

Los títulos de Telefónica, la eterna promesa, presentan impecables máximos y mínimos decrecientes desde marzo de 2017. Y así no se sube. Pero claro está, alguna vez tendrá que hacerlo aunque sólo sea en concepto de rebote para seguir cayendo. Lo que parece claro después de la evolución de la operadora en las últimas semanas es que figura de vuelta no tenemos, para ello necesitamos que el título salte por encima de los máximos de abril en los 8,25 euros. Algo que a día de hoy queda muy lejos.

Pero al mismo tiempo debemos saber que existe un importante soporte en los 7,25 euros, los mínimos anuales en los que se ha apoyado en un par de ocasiones (ajustada la serie de precios al último dividendo repartido). De lo que se deduce que cualquier mínima posibilidad de un cambio de tendencia futuro pasa porque sí o sí se respeten los mínimos anuales.