Hay que reconocer que la compañía de tecnología presenta un antes y un después desde que se anunciara a finales de enero la entrada de Telefónica en su capital (la operadora adquirió un 3% de la multinacional y mantiene opciones para alcanzar el 6%).
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Desde entonces, con sus lógicas correcciones intermedias (o fases de reacción) le tenemos dibujando impecables mínimos y máximos crecientes que, a su vez, se encuentran encajados dentro de un perfecto canal alcista. El único “pero” que le pondría a las fuertes subidas de los últimos meses son los numerosos huecos alcistas que ha ido dejando el precio sin rellenar ninguno de ellos. Aunque muchos de los huecos (o gaps) se rellenan es cierto que no se trata de una condición necesaria y obligatoria que le impida seguir escalando posiciones.
En el muy corto plazo Indra presenta una resistencia en los máximos de marzo en los 11,47 euros y por encima tendría el camino despejado hasta los 12 euros como cifra redonda. De hecho se puede observar cómo el precio presenta una zona de resistencia bastante clara dentro del rango de precios comprendido entre los 11,95 euros (máximos de septiembre) y la zona de los 12,08 euros (hueco bajista del 15 de julio).
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