A pesar de las importantes caídas de este martes lo cierto es que no hay cambios desde el punto de vista del análisis técnico. Todo sigue igual, nada ha cambiado realmente.
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Hay momentos como el actual donde los precios cotizan en zona de nadie, a medio camino entre las zonas de control. Lo que quiere decir que en la medida en que estos no rompan algún soporte o superen alguna resistencia da igual si tenemos al S&P 500 cotizando en los 2.600 o en los 2.700 puntos. Lo realmente interesante lo tenemos en los máximos decrecientes y mínimos crecientes que presenta el que es el primer índice de Wall Street. Lo que tenemos delante es una pauta triangular. La experiencia nos dice que en condiciones normales este tipo de formación acostumbra a romper al alza, pero no hay que adelantarse a los acontecimientos porque en bolsa no hay nada infalible. Simplemente hemos de esperar a que el precio salte por uno u otro lado para tener la señal del que, probablemente, sea el siguiente gran movimiento en tendencia.
Por lo pronto el índice se ha girado con precisión máxima desde el hueco bajista (por definición resistencia) que presenta en los 2.712 puntos. Esto es sin lugar a dudas una señal de debilidad. Pero al mismo tiempo tenemos de nuevo el precio a las puertas del soporte que le confiere la MM200 diaria. Una cosa por la otra. Lo que sí que nos dice la experiencia es que este tipo de triángulos, cuando se rompen, acostumbran a traer consigo importantes y violentos movimientos por el lado por el que se decantan. Y mientras tanto sólo queda hacer una cosa: esperar a que el precio nos confirme qué quiere hacer y cuándo.