Ni que decir tiene que más tarde o más temprano corregirá parte de los últimos excesos, pues nada sube sin su correspondiente ajuste proporcional o fase de reacción.
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Desde los mínimos de 2018 ($1.160) el oro acumula una subida superior al 30%. A principios de junio, tal y como comentamos en su día, este activaba una importante señal de fortaleza por cuanto el precio era capaz de pulverizar con claridad la importante resistencia que presentaba en la directriz bajista que unía todos y cada uno de los máximos decrecientes desde mediados de 2013.
La fortaleza es tal que ya tenemos al 'metal precioso' atacando la importante zona de resistencia, antes soporte, de los $1.525. Y lo cierto es que por encima de esta resistencia ya no se observan resistencias importantes hasta los máximos históricos que alcanzó en 2011 en los $1.920. Claro está, con sus paradas/ajustes intermedias o fases de reacción.
