Dentro de todo el barullo que tenemos en nuestro país, tras lo complejo del resultado electoral, hay que reconocer que uno de los mejores termómetros que refleja el sentimiento en Europa, que no es otro que el euro/dólar, cotiza tranquilo.
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En otros momentos de mucha incertidumbre, como ha ocurrido con los rescates a Grecia la “moneda única” no hacía nada más que depreciarse contra el dólar pero en el caso que nos ocupa el subyacente cotiza tranquilo, incluso parece querer recuperar posiciones. De alguna manera es como si el mercado estuviera descontando que la situación que estamos viendo es algo pasajero que llegará a buen puerto.
Técnicamente hablando está claro que el euro/dólar presenta un soporte muy claro en los 1,08 y en la medida en que no se perfore cabe la posibilidad de continuar rebotando, al menos hacia la zona de los 1,1090-1,11 y por encima los 1,12. Ahora bien, perforar los 1,08 dejaría de nuevo las puertas abiertas a un escenario de continuidad bajista hacia la zona de mínimos anuales.
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