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Las caída de las últimas sesiones pueden provocar rebotes de corto plazo, pero lo cierto es que se puede decir que el título ya no tiene soportes hasta los mínimos históricos.
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Desde los máximos de abril de 2017 en los 4,317 euros tenemos al título construyendo impecables máximos y mínimos decrecientes y desde entonces acumula una caída cercana al 60%. La peculiaridad de los últimos retrocesos es que este ha perforado el soporte que presentaba en los mínimos del Brexit: los 1,901 euros. Y ahora ya no hay nada realmente importante por debajo hasta los mínimos históricos que alcanzó en mayo de 2013 en los 1,63 euros. Y por debajo se colocaría en caída libre absoluta. Lo cierto es que la debilidad lo es de todo el sector, y en especial de aquellos que están más relacionados con la banca doméstica. De hecho, sin ir más lejos, Unicaja marcó el pasado viernes nuevos mínimos de todos los tiempos y Banco Sabadell cotiza también a solo un 2% de mínimos históricos. Por arriba, por el lado de las resistencias, la más inmediata la encontramos en el entorno de los dos euros.
