En el corto plazo está mostrándose algo más débil que el sector por el lastre de la ampliación de capital.
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Si comparamos la evolución de BBVA respecto de la entidad cántabra podemos apreciar con sencillez cómo Santander está goteando ligeramente a la baja desde que se inició la ampliación de capital mientras que la entidad vasca ha sido capaz de dejar atrás importantes resistencias. En cualquier caso la tendencia de medio y de largo plazo en Santander es impecablemente alcista, esto no es siquiera debatible. Ahora bien, en el corto plazo le tenemos construyendo mínimos crecientes y máximos decrecientes, o lo que es lo mismo triangulando. Así, la perforación de la base del triángulo podría llevar de nuevo al título hacia el importante soporte que presenta en los 5,50-5,52 euros mientras que la superación de la parte alta del mismo le lanzaría a los máximos anuales, en los 6,25 euros. Lo que no tendría mucho sentido es que la cotización perforara la zona de soporte que presenta en los 5,5 euros (en cierres) y más teniendo en cuenta la importante fortaleza que el sectorial de bancos europeos continúa mostrando.