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El CEO de Repsol, Josu Jon ImazREPSOL - Archivo
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Berenberg sigue apostando por Repsol, aunque con cierta cautela. La firma alemana recomienda ‘mantener’ los títulos de la empresa española, cuyo precio objetivo han aumentado hasta los 16,5 euros desde los 15 anteriores. Según estos expertos, la ambición de convertirse en una empresa energética “más amplia” y las “atractivas” remuneraciones a los accionistas son las principales razones para apostar por la compañía dirigida por Jon Josu Imaz.

“La venta del 25% de su negocio de exploración y producción refuerza el balance y acelera la transición hacia un futuro con menos emisiones de carbono. Además, la rentabilidad en efectivo para el accionista sigue siendo atractiva, con un aumento del dividendo hasta 0,70 euros/acción en 2023 y la posibilidad de una recompra sustancialmente superior a los 35 millones de acciones anunciadas hasta 2023”, indican desde la firma hanseática.

Asimismo, Berenberg destaca los buenos resultados de Repsol y sus perspectivas como otros de los grandes fundamentos de su tesis de inversión. Según estos expertos, Repsol “ha trabajado duro” para “preservar su balance durante la recesión, emitiendo híbridos, deshaciéndose de activos, pagando el dividendo vía scrip y manteniendo la disciplina de capital”.

“El flujo de caja operativo de 2.800 millones de euros se mantuvo fuerte en el trimestre, ayudado por un aumento del capital circulante de 300 millones de euros, que dejó la deuda neta en 2.300 millones de euros y el apalancamiento en un cómodo 8% frente al 20% de finales de 2021, con 3.400 millones de dólares de la desinversión del 25% del negocio ‘upstream’ aún por recibir”, explican.

Estos expertos subrayan que los planes de transición energética de Repsol siguen avanzando, con la compañía fijando un objetivo de 6GW de energía renovable para 2025 y 20GW para 2030. “La compañía mantiene que puede obtener rentabilidades de dos dígitos en estas inversiones, que se convertirán en una parte creciente de los beneficios en los próximos años”, agregan.

“La compañía tiene un rango objetivo de ‘payout’ del 25-30% y espera un flujo de caja operativo para 2023 de cerca de 8.000 millones de euros (8.900 millones en 2022) asumiendo precios de Brent de 80 dólares/barril, gas Henry Hub de 4 dólares/MMBTU y márgenes de refino de 9 dólares/barril”, recalcan desde Berenberg.

En este sentido, los analistas de la compañía radicada en Hamburgo recuerdan que la dirección de Repsol espera que los márgenes de refino se mantengan elevados durante este año y que la producción aumente hasta una media de 610.000 barriles/día (550.000 barriles/día en 2022) debido al crecimiento en Trinidad y Tobago y EEUU. Por otro lado, el descenso de los precios del gas en Estados Unidos y la posible normalización de los márgenes de refino podrían suponer un “lastre” para los beneficios de cara a 2024 y años posteriores.

Según la compañía alemana, estos datos sugerirían una distribución de hasta 1.600 millones de euros en el extremo superior de la horquilla, lo que estaría “muy por delante” de la recompra inicial de 35 millones de acciones anunciada en el cuarto trimestre.

“Unas inversiones de alrededor de 5.000 millones de euros para el ejercicio 2023 generarían un flujo de caja libre atractivo, mientras que la adquisición por parte de EIG de una participación del 25% en el segmento upstream de Repsol llevará a la empresa a una posición de caja neta este año, lo que podría respaldar nuevos aumentos de la distribución”, añaden estos analistas.

“Repsol sigue estando muy expuesta al entorno upstream, con más del 65% del EBIT de la división de exploración y producción en nuestras estimaciones hasta 2023. Esto es beneficioso en el actual entorno de fuertes precios del petróleo. Repsol también se protege frente a posibles caídas de las materias primas, con una fuerte posición de downstream en España”, concluyen.

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