MADRID, 11 JUN. (Bolsamania.com/BMS) .- La polémica está servida. Las huelgas de taxistas en España y más recientemente en Londres que tienen como objetivo denunciar servicios como Uber o Blablacar han enfrentado por un lado a indignados conductores profesionales, en especial taxistas, y por otro a consumidores que desde hace ya algún tiempo se benefician de las ventajas que ofrecen estas webs.
La principal queja del gremio de los taxistas tiene que ver con el intrusismo y con que cualquiera pueda dedicarse a conducir llevando pasajeros y cobrar por ello, pero vayamos por partes. En el caso de Blablacar, el servicio no está pensado con ánimo de lucro para los conductores, sino más bien como una forma de compartir los gastos de un viaje. En este sentido la ley es bastante clara, ya que indica que no está permitido llevar pasajeros y lucrarse con ello sin tener una licencia de trasporte adecuada.
El caso de Uber es diferente. Esta empresa que recibió la inversión de Google por valor de 258 millones de dólares en 2013 y que hace pocos días ha cerrado una ronda de financiación que ha alcanzado los 1.200 millones de dólares opera en España con un servicio llamado Uberpop. Este servicio no contempla conductores profesionales, como los que tiene empleados la compañía y que si operan en otros países como Estados Unidos. En su lugar, Uber, mediante la geolocalización ofrece un servicio similar al de cualquier servicio de taxis o de chófer, con la salvedad de que en este tipo de empresas el trayecto se contrata por adelantado y se fija el precio y las recogidas.
Según los expertos, lo difícil de demostrar es que se produzca una transacción económica cuando se contrata un servicio de este tipo y que esto signifique una forma de negocio. En el caso de Blablacar si es más obvio porque en ocasiones, si el trayecto es largo, tan sólo se cubre el importe de la gasolina, o ni siquiera eso.
LONDRES SE UNE A LA HUELGA INICIAD EN ESPAÑA
El problema del que se quejan los taxistas londinenses radica en la polémica de la 'bajada de bandera'. Este término hace referencia a que el taxímetro se pone en marcha una vez que se recibe la llamada del cliente o el aviso de la centralita, con lo que el taxista puede empezar a cobrar desde que sale hasta que llega al lugar de recogida.
Aplicaciones como Mytaxi o Cabify no tienen esta bajada de bandera, por lo que están más ligadas a los servicios de chófer. Al no incorporar este cobro extra, se beneficia al cliente, pero se perjudica a los taxistas profesionales, que podrían ver reducida su cuota de mercado si los usuarios empiezan a contratar masivamente estas nuevas soluciones de transporte.
J.A.M.