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Tomás es una persona con discapacidad intelectual que votó por primera vez el pasado 28AEUROPA PRESS

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Más de 100.000 personas con discapacidad intelectual ejercieron por primera vez su derecho al voto en las elecciones del pasado 28 de abril y lo podrán hacer este domingo 10 de noviembre por segunda vez en sus vidas, gracias a la reforma en la pasada Legislatura de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), que acaba con el veto a ciudadanos con discapacidad intelectual o enfermedad mental incapacitados judicialmente.

En las pasadas elecciones, Europa Press, a través de su portal de información social EpSocial acompañó a varias personas con discapacidad a ejercer su derecho al voto.

"Estoy muy emocionado. Me siento más dueño de mi vida", comentó ese domingo 28 de abril Tomás Morgado con lágrimas en los ojos a la salida del colegio electoral Celso Emilio Ferreiro, en Móstoles (Madrid). Entonces tenía 46 años y era la primera vez que votaba. Durante casi tres décadas lo más cerca que había estado de unas elecciones había sido a través de la televisión: "Hasta hoy no había cogido una papeleta ni había acudido a un colegio electoral. Me molestaba y me daba pena que los demás pudieran elegir al Gobierno y yo no", revelaba.

Pero la participación política de Tomás no se ceñía a ese domingo. Llevaba varios meses liderando junto a Virginia, César y Óscar un 'Comité de Ciudadanía' del Grupo Amas e integrado por 16 personas con discapacidad intelectual, que formaba parte, a su vez, del proyecto 'Yo también cuento' de Plena Inclusión Madrid. El objetivo era impulsar la participación en la sociedad de este colectivo y que sean estas personas las que pongan voz a sus propias demandas.

Tomás estuvo acompañado ese domingo electoral por su compañera de residencia Virgina Blanco, que aunque no tenía sentencia de incapacidad, a sus casi 50 años solo había votado dos veces, la primera de ellas, en las generales de 2016, donde un apoderado de una mesa se refirió a ella como "mongólica" y dijo que su voto podía estar manipulado. Logró depositarlo, pero el disgusto le duró varios días.

Pese a la mala experiencia previa, el pasado domingo 28 de abril Virginia acudió a votar junto a Tomás, "tranquila y muy contenta", según confesó minutos antes de llegar al colegio electoral. Además, ambos estuvieron acompañados por Luis y Emi, dos personas de apoyo del Grupo Amás, que les asistieron no sólo empujando sus sillas de ruedas y acercándoles las urnas, sino haciéndoles comprender, durante muchos meses, que ellos son parte de la sociedad.

En las pasadas elecciones, nadie les dijo nada inoportuno ni les miró mal. Tampoco con condescendencia. Cogieron sus papeletas, las introdujeron en los sobres y se acercaron a las mesas como cualquiera de los cientos de votantes que coincidieron a mediodía en un colegio electoral de Móstoles. Después de votar se fundieron en un largo abrazo. "Poco a poco vamos avanzando", confesaba Luis.

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