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David Zorrakino - Europa Press - Archivo

El Mobile World Congress (MWC) pende de un hilo. El miedo al coronavirus va a provocar la incomparecencia de grandes compañías, como Facebook, Sony e Intel, y las 'telecos' españolas están dirimiendo si acuden a la cita. A pesar de que ya han empezado a montar los estands, las sensaciones son pesimistas y todo apunta a la suspensión, según fuentes del sector consultadas por este medio.

La GSMA, entidad organizadora del MWC, celebra este viernes en Barcelona una reunión en la que decidirá si cancela o no el evento. De acuerdo con 'La Información', este organismo ha cedido a las empresas la decisión de asistir o no, lo que, ante el incesante goteo de compañías que ya se han dado de baja, refuerza la idea de que finalmente no se abrirán las puertas el próximo 24 de febrero.

Junto a Facebook, Sony e Intel; alrededor de una veintena de compañías, entre las que se encuentra AT&T, Cisco, NTT, Docomo, Gigaset, Umidigi,Vivo, LG, Ericsson, Nvidia o Amazon, ya han anunciado su ausencia en el Mobile.

Las 'telecos' que operan en España aún no han comunicado su postura oficial, igual que otras grandes operadoras estadounidenses como Verizon. Todas ellas deben decidirse antes del jueves o el viernes de esta misma semana.

Vodafone y Orange explican que la decisión final se va a tomar desde Reino Unido y Francia, respectivamente, donde ambas compañías tienen sus sedes centrales. De momento, no han recibido ninguna notificación específica, por lo que siguen trabajando en el evento a la espera de novedades. Igual que Telefónica, que reconoce "estar a la expectativa".

¿QUÉ SUPONE CANCELAR EL MWC?

La cancelación del MWC, una de las grandes citas del sector, supone un daño millonario para las 'telecos'. "Lo perdemos todo", señalan las mismas fuentes en referencia a las habitaciones de hotel y los desplazamientos en avión a Barcelona, que en estas fechas se "cobran a precio de oro". Además, hay que contabilizar la inversión que se ha realizado en los estands y el perjuicio económico que supone no asistir a un evento en el que se esperan más de 100.000 visitantes y se cierran miles de negocios.

La ciudad de Barcelona es el otro gran perjudicado. La previsión era que la convención dejase 492 millones de euros en la localidad, una cifra que supera a la registrada en los años anteriores. Entre los sectores más afectados está el de los taxistas, que durante estas fechas suele hacer su agosto. También los restaurantes, que auguraban una factura de 118 millones, el doble que el año pasado, según los datos de Federación Catalana de Actividades de Restauración (FECASARM).

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