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Hay una creciente probabilidad que la desaceleración que muestra la economía norteamericana sea algo
Reconozcámoslo: hay una creciente probabilidad que la desaceleración que muestra la economía norteamericana sea algo que temporal. Naturalmente, sin rechazar que los factores estacionales y temporales han podido pesar en la caída (esperamos) del producto durante el Q1. Pero, ¿a qué achacar ahora el pobre comportamiento que parece experimentar durante el Q2? Piensen en los últimos datos que hemos conocido, desde el descenso del 0.3 % en la producción industrial y el dato nulo de ventas al por menor en ambos casos en abril, como también la inesperada caída de la confianza de consumo de Michigan hasta 88.6 (95.9 antes) o el 3.09 (5 esperado) del ISM de New York ya en mayo. La Fed de Atlanta que se hizo famosa al pronosticar certeramente el dato del Q1 ya se ha apresurado a revisar a la baja su previsión para el segundo trimestre del año ahora con un aumento previsto del 0.5 %. Naturalmente, el futuro será mejor. Pero, si no es así, tendremos que hablar del riesgo de recesión. Pero esto es algo que todos sin excepción descartamos.
El viernes pasado pudimos escuchar al Gobernador del BOJ, siempre optimista para la evolución de la economía japonesa en los próximos meses (y por tanto, no muy proclive a tomar nuevas medidas expansivas a corto plazo....veremos). Pero, de su discurso me quedo con tres ideas que son fáciles de extrapolar a otros bancos centrales: la primera, el escaso impacto en las exportaciones de la caída del Yen; en segundo lugar, el mayor impacto de lo esperado (negativo) de la subida del impuesto sobre el consumo; por último, el fuerte impacto en los precios derivado de la inesperada caída de los precios del crudo. Temporal, probablemente. Al menos en parte. Pero que ha trastocado la consecución del objetivo oficial de una inflación del 2 % en dos años, siendo el segundo ejercicio el actual con una inflación nula.
Ya sé que USA no es Japón (¿a qué me sonará este tipo de comparaciones?). Como la zona EUR no es USA ni Japón. Pero, ya sabemos que con el tiempo todos los bancos centrales de estos países/zona han tenido que aplicar los mismos instrumentos de política monetaria. Y sólo en el caso de la Fed se está replanteando iniciar la marcha atrás, al menos con respecto a los tipos de interés. El problema es precisamente que el escenario económico genera muchas dudas, como dije al principio. Por otro lado, estas dudas no se centran tanto en el comportamiento del empleo (positivo) o en los riesgos (cada vez menores) de deflación. En definitiva, los dos objetivos explícitos de política monetaria dejarían la puerta abierta al inicio de la normalización de tipos. Pero, ¿qué ocurre con la estabilidad financiera? Sin duda, una de las cuestiones ahora más peliagudas a resolver. De hecho, muchos consejeros de la Fed no argumentan tanto el inicio de las subidas de tipos por los riesgos sobre la inflación o porque el crecimiento económico (empleo) supere el potencial (pleno empleo). No, más bien porque no es necesario tener tipos de interés tan bajos que generan más perjuicios que beneficios si se mantienen mucho más tiempo. El resto, simplemente espera un mejor momento para subirlos sin aclararlo del todo. Durante la semana se conocerán las Actas del último FOMC donde podríamos tener más pistas sobre el desarrollo del debate anterior.
Una cosa más: el 19 de abril el Banco Central de China recortó su coeficiente de reservas. Pero, también en abril, el crecimiento de la liquidez en China medido por la M2 se ha moderado hasta un 10 % anual frente al 11-12 % esperado. Naturalmente, siempre se puede hacer algo más en política monetaria. Y especialmente en un país como China. Pero, ¿estamos seguros de que la política monetaria es suficiente para enfrentarse al difícil escenario económico mundial?.