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El método es comprender a la persona
Me siento orgulloso de hacer la vida de los demás más sencilla, más rica y más divertida. No me limito a dar opciones a la persona que se interesa por el trading, simplemente les ayudo a elegir a favor o en contra del inicio de la actividad.
Ahora bien, para los que avanzan, el mero hecho de que algo sea nuevo y diferente, como es el trading para los neófitos, no significa necesariamente que de inmediato sea mejor para sus vidas. La expectativa en nuestra era es que todo sea más rápido, más inteligente, más barato y mejor adaptado a nuestras necesidades. La gente rechaza cada vez más el desorden, el caos, la incertidumbre. El trading debe estar listo y en funcionamiento en cuanto nos pongamos a ello, y esto por desgracia funciona para un iPad pero no para los mercados.
El trader quiere sentir de primera mano que las cosas funcionan tal y como había imaginado. Por ello resulta fascinante observar lo diferente que se vive la experiencia a medida que se pasa de la teoría a la práctica, del simulado al mercado real.
Si como mentor pudiera capturar y mantener la mitad de entusiasmo y compromiso con la perfección que adopta el trader durante sus primeros meses, fracasar en los mercados resultaría tremendamente improbable. En cierto sentido, el mercado al ser tan anárquico, se ha convertido en una fantástica fortaleza. Todas las decisiones las tomamos más por instinto que basándonos en los datos objetivos, y ahí tenemos el primer y posiblemente último error.
Insisto en que lo importante no es el contenido del sistema, sino la vibración que produce en el trader. El método consiste en comprender a las personas. Sus comportamientos, deseos, motivaciones y necesidades, para más tarde aplicar y adaptar nuestro método de manera que le ayude a operar mejor. Resaltar que desde el año 2010 no he conocido a ningún trader idéntico a otro.
Pero no sólo asisto a personas que quieren progresar en el trading, también ayudo a personas en su abandono si lo precisan. El trabajo duro no garantiza resultados y el desgaste emocional es elevado en la especulación bursátil. Cuando la razón está herida, todas las tardes son gélidas. Claro que para llegar lejos hay que trabajar duro, pero el trabajo duro en la dirección incorrecta y sin sentido de poco sirve. No se trata de trabajar duro sin más, sino de trabajar con inteligencia; de aplicar la energía de la forma oportuna, con un método y sistema que se adapte a nosotros, a nuestro mercado. Como apunta mi amigo Francisco Alcaide puedes pasarte la vida dando vueltas en círculo y creer que estás avanzando. Se puede trabajar muy duro y no conseguir nada. Se puede operar bien y perder. Ahí radica la dureza en el trading. Por mi parte, contribuyo a que conozcan esa media docena de claves imprescindibles y que representan el 80% del éxito. Sin saberlas, se navega a contracorriente.
A su vez observo la cantidad de mentiras que somos capaces de inventar para convencernos, justificarnos y poder ser más fuertes, o al menos no parecer tan débiles. Somos como somos, ni fuertes ni débiles, tenemos defectos, méritos, sueños, deseos, ambiciones y miedos. Una guerra continua por aceptarnos, para no caer en la recriminación y el lloriqueo, para vencer sin perder nuestra esencia. Pero algunos simplemente no puede, por sensibilidad, por historia, por lo aprendido, experimentado y no olvidado, por ver siempre un nuevo límite, por estar siempre ante un nuevo desafío, por ese maldito disfrute ante el dolor, o por la bobada de seguir impresionando al vecino diciendo que eres trader.
Como ves conceptos alejados de medias móviles, ichimokus o estocásticos, que aún siendo importantes, no determinan lo que es un trader ganador.