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Exijo tres cosas a los traders que tutorizo
1. Que tengan la capacidad de abandonar un trade que no funciona, es decir, que hagan caso a su stop loss y que lo ejecuten en tiempo y forma.
2. Que tengan la confianza para hacer lo correcto incluso cuanto les cueste dinero a corto plazo.
3. Que crean en mi, para no tener que hacer todo solos, aun sabiendo que la ejecución, la persistencia y la capacidad de responder al mercado pueden mucho más que el instinto de un experto.
El resto de aspectos son secundarios, ya que si puedes poner todo en un manual, las posibilidades de sorprender a alguien son más bien escasas. Apuestas altas, recompensas altas. Dedicar el 95 por 100 del tiempo a persuadir al trader de que haga o no algo, y sólo un 5 por 100 en las fórmulas para hacerlo. Y es que vivir con la incertidumbre sale más rentable que vivir en la certeza. A la gente no le gusta la duda, así que desaprovechan oportunidades por evitarla. El trading o emprender tienen mucho que ver con vivir con la duda, y si puedes acostumbrarte a convivir con ella, habrás desarrollado un gran instinto.
Ahora bien, estar seguro de cómo se siente un trader, o de qué le motiva es una estupidez. Decir que sabes con exactitud por qué una persona tomó una decisión o predecir que va a hacer a continuación y por qué, es un truco de feria y lo más probable es que nos equivoquemos. El miedo que provoca la incertidumbre es una emoción, posiblemente la más habitual en el trading, y es imposible combatir una emoción con lógica. Por lo que, después de tanto exigir ¿cómo saber cuándo está el trabajo hecho? La respuesta es evidente, nunca. Tampoco es la pregunta correcta, la cuestión a resolver es ¿cuándo es un trader lo bastante bueno? Ahí está el quid de la cuestión. Toca olvidarnos de la perfección y superar estándares fijados previamente, que incidan sobre el tiempo (la mayor riqueza del trader… y de todos) y el dinero. De esta forma será más fácil alcanzar la meta.