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La falsa historia del trader hecho a sí mismo
Que bonito e insólito es ver a un trader hecho a si mismo. La frase tan habitual: “Cualquiera puede conseguirlo: yo pude sin ayuda” esconde una verdad y una mentira en sí misma.
Muchos de los traders que hoy hemos conseguido nuestros objetivos y logramos sobrevivir mes a mes a los mercados, tenemos una pasmosa capacidad para olvidarnos del contexto en el que hacemos dinero. Olvidamos nuestra educación, herencia, redes familiares y amigos. Olvidamos con suma facilidad a quien nos dio ese consejo que lo cambió todo, o a quien puso el hombro el día en que estuvimos a punto de dejarlo.
No me cuesta reconocer que hoy soy trader gracias a Aitor Zárate, amigo, ex socio y mentor que en una ocasión me rescató del abismo. Tuve que superar la frustración y vergüenza de reconocer que mi operativa no iba bien, que no alcanzaba las cotas marcadas y que me suponía una hecatombe emocional no hacerlo. Aquel día, aquellas palabras, esos consejos fueron una liberación, me sentí como si empezase el partido de nuevo, pero con un 4-0 a mi favor y con un jugador más en el campo, el de la experiencia de saber porqué fue mal y cómo atajarlo.
El trading necesita de mitos, de operadores a los que idolatrar. Que si fulanito hizo 6 millones en 7 años partiendo de “0”, que si otro supero un drawdown de 120.000€ en 24 horas, que si el de más allá hizo fortuna tras haber perdido 5 cuentas consecutivas… Esta bien, motiva y anima a seguir pero en ocasiones hay que desnudar al mito. Conforme el trading sucumben a la lógica de la extrema desigualdad entre operadores, el mito del hombre hecho a sí mismo se vuelve cada vez más potente. Todos quieren ser el elegido. Nadie quiere ayuda de terceros a los que más tarde tener que rendir cuentas, pero es muy probable que sin ayuda de ese escudero no lo consigas. Es así, no le des más vueltas. La esperanza y el ego han cerrado más cuentas de broker que cualquier crisis financiera o lunes negro.
No hay monopolio en lo que respecta a convertirse en trader de éxito, si me tienes envidia sana por ganar dinero en los mercados, no te quedes sentado quejándote; haz algo para mejorar tu operativa, pide ayuda, vence a tu ego. Ese al que admiras también tuvo que “bajarse los pantalones” y solicitar el amparo de alguien que lo había conseguido antes, para así crear su propio éxito. Ha sido así toda la vida y tengo la intuición de que seguirá siéndolo.
La lista de traders ricos está repleta de operadores que o bien heredaron una fortuna o la hizo gracias a otras actividades financieras, alejadas de las pantallas, ichimokus o estocásticos. A lo largo de estos años he conocido a barones inmobiliarios, duques, contables de partidos políticos, jefes de banca privada, supuestos oligarcas y también ejecutivos jefe remunerados desproporcionadamente, y que ahora deciden ponerse la etiqueta de day traders porque es cool, molón y proyecta una imagen actual y transgresora. Me alegro por ellos pero que no te distraigan de tu objetivo. Probablemente no seas como ellos, yo tampoco. No queremos salir en Forbes, pues nuestro mayor logro es la independencia,. Cada uno tenemos nuestras propias celdas, incluso varias, y no importa el tamaño, ni desde cuanto tiempo las sintamos, lo importante es que con el trading logres ser el amo de tu destino, el capitán de tu alma. No hay mayor premio ni nunca lo hubo.