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Perseverancia, hábitos y disciplina
La vida, en ocasiones, tiene la cualidad de sorprenderte. La perseverancia, los hábitos y la disciplina castrense lo hacen siempre.
El pasado 9 de febrero publiqué este artículo que obtuvo una gran acogida, en él reconocía mi pésima semana de trading. Sí, un tabú para todos aquellos que hacen del trading su oficio e incluso se dedican a mostrar el camino a otros. A todos no llega una gran pérdida, no sabemos cuándo y gracias a qué, pero llegar, siempre llega. Éxito en el trading es sobrevivir a tu ego los primeros dos años, y tras ellos, gobernarlo, convivir con el, mantenerlo bajo control y seguir mejorando. Esta realidad servirá para cualquier método o sistema que utilices, pues todos te hacen ganar en simulado, cuando el ego dormita plácidamente y tu crees ser el elegido.
Pues bien, esta semana ocurrió el hecho contrario. He vivido una semana fantástica en los mercados, no sólo por el dinero que se ganó, sino por la sensación de fluidez en la lectura del mercado, la templanza a la hora de tomar las decisiones, la seguridad a la hora de cerrar los profits y el equilibrio de emociones vivida delante del gráfico.
Cuando un trader se compromete consigo mismo y lucha por hacer bien las cosas, en función de como se desarrollen los resultados, éstos terminan llegando, siempre, incluso en ocasiones son tan buenos que uno se sorprende de la propia fórmula.Decía Aristóteles que somos lo que repetidamente hacemos, por lo que la excelencia entonces, no es un acto, sino un hábito. Toda la razón. Para mi ser trader es la fórmula más directa para buscar la felicidad. Y por qué te preguntarás.
Porque te exige ganar vida. Te obliga a salir de la pantalla y a que decidas disfrutar tu tiempo haciendo cosas que te gusten. La semana pasada hice trading durante 6 horas y 45 minutos. Sí, seis horas y cuarenta y cinco minutos, pero lo mejor no ha sido el dinero o la sensación de éxito, sino el resto del tiempo que viví mi vida como quise y con las personas que elegí. Es de locos como disociamos por completo el mundo del trabajo y lo que nos gusta. El ocio y el negocio enfrentados de por vida. Lo mejor del trading es no desear agosto porque lo vives todos los meses. Mi primera pregunta cuando voy a tutorizar a un trader es ¿qué te gusta hacer?, dado que mi objetivo es que genere ingresos y tiempo suficiente para ello. Lo verdaderamente mágico del trading, es que puede convertir lo que nos gusta hacer en el centro de nuestra vida, y de cada semana, y de cada día.
Los mercados, el trading, son formas de ganar dinero y ser feliz buscando y “surfeando” constantemente la incertidumbre. Nacemos niños felices y emprendedores, y acabamos convertidos en adultos infelices, pero seguros y previsibles, encadenados a la previsibilidad de nuestras vidas. La aversión a los mercados, al riesgo, es sólo el producto de una educación concebida para las masas, para la seguridad y para que la incertidumbre nos de miedo. Un día despiertas y te das cuenta de que el control es una ilusión, de que juegas a un juego que ya sabes que has perdido. Los grandes momentos nacen de una gran oportunidad, es lo que tienes aquí y ahora, pero pocos deciden dar el paso. Sin embargo, las personas que buscan, indagan y abren caminos nuevos, que tienen iniciativa y decisión para realizar acciones, a priori locas o imposibles como el trading, son los que terminan viviendo la vida, esa vida sí, la única que tenemos.