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Equivoqué los pasos, acerté el camino
Sinceramente creo que nunca ha habido un momento mejor para hacer trading intradía que hoy. Evidentemente nuestro trabajo es, por naturaleza, una actividad con resultados desconocidos. Siempre existe un riesgo, pero el éxito en cualquier disciplina también consiste en asumir un riesgo calculado. Viendo los debates electorales o la Liga BBVA apoltronados en el sofá también se asume un riesgo. No pongas tu anillo en manos de quien no moverá un dedo por ti.
El trading desencadena lecciones dolorosas. Yo equivoqué los pasos, pero acerté el camino. Entendiendo por qué algo no ha funcionado, pensando sobre ello y no repitiendo los errores cometidos, progresaremos sin vacilar. La capacidad de aprender nos permite mejorar nuestra operativa y tomar mejores decisiones en el futuro. Tomar mejores decisiones incrementa tu tiempo y el dinero de tu cuenta corriente.
Nadie te debe nada. Cuando te enfrentas a los mercados, debes aceptar rápidamente la incertidumbre, la nueva realidad y sus reglas de juego, sabiendo que la adopción de las medidas adecuadas te ayudará a convertir un potencial desastre en una oportunidad. Como traders debemos ser brutalmente honestos en la evaluación de nuestras fortalezas y debilidades para ganar en los mercados. Incluso cuando adquieres cierta consistencia y logras ganar mes tras mes, jamás debes creerte demasiado bueno como para dejar de prestar atención o de seguir aprendiendo. Mantener un estado receptivo, en beta permanente, para poder acelerar el paso en nuestra particular batalla. Compites contigo mismo. Por ello debemos valorar lo conseguido y no dar nada por sentado. Es la idea de entrenar como si fueras el número dos para mantenerte en el número uno.
Resulta tentador pensar que el mercado obedecerá a nuestra voluntad, no sucederá. Serán los hábitos generados en la ejecución tenaz de un buen método lo que nos hará ganadores. El resto sobra. El trading requiere coraje, enfoque y determinación, pero devuelve eficiencia premiando la constancia y la valentía. El trading implica abrazar el cambio, pero entendiendo el contexto. Ni puedes tener la paciencia de un niño de dos años, ni la memoria de un anciano de noventa, si quieres acabar todas las semanas en positivo.
Haz y aprende. Ponte en marcha y prepárate para mejorar a medida que avanzas. Ayuda a otro si puedes, pues te hará mejor trader. No te digas que ganarás, gánate a ti mismo primero. Tu misión parte de tus convicciones. Al mercado no le importa lo que dices que haces hasta que demuestras que efectivamente lo haces. Haz lo que has prometido hacer y el mercado te premiará. Incumplir tu palabra y tu plan, desemboca aquí en ruina, emocional primero, financiera después. Los mercados requieren racionalización. El trading requiere perseverancia y disciplina, obsesión por el detalle y no dejar de corregir.
Recuerda por último que el trading es el medio, no el fin. La vorágine del día a día a veces oculta esta verdad última, y hace que nos olvidemos de que al otro lado de las pantallas, en la habitación continua hay una persona, un amigo, la familia a la que tienes que rendir tu mejor tiempo, ese que obtienes en gran medida gracias al trading. No importa contra quiénes luchas, sino por qué.