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No hay dinero sin técnica
Cualquier persona ha tenido que formarse para poder ejercer su actividad. Antiguamente para poder ejercer un oficio o profesión se debía de superar un periodo previo de aprendizaje, es decir, ser aprendiz. Hoy no estamos dispuestos a esperar. La televisión nos ha vendido vidas mejores en 30 segundos. Y así nos lanzamos al trading, a pesar de ser una actividad tan fundamental para “la cartera”, parece que todos nos sentimos ya preparados para ejercerla.
No me encuentro aprendices en el trading. El que se inicia en este camino se presenta como trader desde la primera operación. Estamos rodeados de autodidactas que no ganan. Es extraño que intuyendo sus quebrantos, se ejerza nuestra actividad desde la improvisación personal, pero es tal cual.
El trading es complejo, pero observo que se llega a él por circunstancias y sin ninguna preparación específica. No obstante, la mayoría de las personas lo afrontan con suficiencia. Creen saber todo lo necesario sobre los mercados. El profano es feliz porque sabe todo lo que cree que deber saber, lo cual es casi nada. Cuando recibe su primer “zasca” empiezan sus dudas al advertir cuántas cosas ignora. Pese a todo, si preguntas a un trader cuál es el mejor método de trading para su mercado, lo más probable es que piense que es el suyo, pues no conoce otro mejor. ¡Qué candidez…!
A priori todos desconfían del método. “Una cosa es la teoría y otra es delante de la pantalla” esgrimen. El método no es producto de un elucubración teórica que posteriormente se pone en práctica, sino todo lo contrario. No es la teoría la que impone la práctica, sino la práctica la que permite establecer la teoría. El método es la constatación de lo que el mercado ha realizado miles y miles de veces y que ha dado buenos resultados. Por lo tanto, el método no viene de la teoría, sino de la práctica, lo que lo hace transmisible y aplicable a todos aquellos que quieran dedicarse a esta apasionante actividad.
El método se presenta como una manera de hacer las cosas para optimizar los resultados, pero sin olvidar al trader, gracias al cual estos serán extraordinarios o mediocres. Cada operación o trade puede ser semejante, pero siempre es distinta. Lo único que no cambia es el cambio. El mercado es tan rápido que en el tiempo en el que se ha hecho el diagnóstico la situación ya es otra. Ello obliga a una constante adaptación, y sobre todo, obliga a aceptar que nunca podemos sentarnos con la sensación de ser ganadores. Tendremos que ganarnos ese galardón día a día, trade a trade y stop a stop.
El trading no es una actividad sencilla, aunque ni mucho menos imposible, como alguno predica*. Quizá en esto estriba su grandeza. El dinero fluye con facilidad y lo ves pasar delante de tus ojos. Requiere método y experiencia pero, la experiencia es lenta, limitada a un entorno personal y tampoco garantiza que te forme de la manera más adecuada. Uno sufre la experiencia que le toca vivir. Aún así es importante, pues sirve para no cometer los mimos errores en la misma situación y con el mismo estado emocional. Sin embargo, en el trading todo cambia, por lo que aferrarse a la experiencia es condenarse al deterioro de los resultados y a la involución. La experiencia es una vivencia personal y, por consiguiente, limitada y particular. El método, por el contario, es la consecuencia de hacer recogido las experiencias de cientos o miles de traders que, al ejecutar sus operaciones de una determinada manera, consiguieron unos resultados mejores.
Por lo tanto, ábrete al conocimiento pues nadie puede hacer lo que no sabe. Aplica estos conocimientos a situaciones concretas de mercado, adquiriendo destreza y mantén una actitud adecuada. Saber, poder, querer y hacer.
* Los que dicen que es imposible son los que no han querido superar los primeros errores, las primeras desilusiones. Son los que no han aceptado la necesidad del cambio y la certeza de tener que vivir en la incertidumbre.