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Y su gran bola de excrementos
Observado al escarabajo pelotero, y pasando por alto las razones que tenga para hacerlo, no me resisto a trasladar su comportamiento al de las personas cuando nos acercamos al mundo de las inversiones financieras.
Nuestro querido coleóptero, va haciendo una gran bola de excrementos que llega a ser superior a su propio tamaño. Pelea con todos los accidentes del terreno asiduamente para no perderla y llevarla consigo durante todo su camino.
Nosotros hacemos lo mismo. Nos encariñamos de nuestras posiciones y no somos capaces de deshacernos de ellas aunque comience a haber atisbos de que no va a terminar bien. Incluso, somos capaces de cargar e incrementar la posición con la esperanza de que el mercado tome un giro a nuestro favor que nos permita salir ilesos.
El día de la gran resta comienza con una operación que probablemente se pudo cerrar sin daños, incluso con un pequeño beneficio. Recordemos que una operación de largo plazo, por lo general, es una mala a corto sumándole dosis de esperanza. De repente todo se torna en nuestra contra y con tal de no asumir la pérdida , somos capaces de quitar el stop de protección, e incluso ir promediando con más y más dinero.
Lo problemas hay que solucionarlos cuando son pequeños. Esta máxima se puede utilizar en el trabajo, en la relación con la familia y sobre todo en el trading. Produce honda insatisfacción y rabia cerrar una posición con pérdidas y que en poco tiempo, cambie la dirección del mercado. Pero debemos concienciarnos de esta posibilidad. Todos los negocios incurren en una serie de gastos para conseguir su facturación. Éste no es diferente, y mientras no seamos capaces de aceptar que de vez en cuando incurriremos en alguna pérdida injusta, no tendremos la aptitud necesaria para ser ganadores.
El trading es un juego de suma cero. Para ganar más que la media tienes que coger el dinero de aquellos que no aceptan o no saben equivocarse. En sus inicios, la inmensa mayoría. Especular no es cuestión de sentimientos, especular es cumplir con las reglas que has establecido previamente. El riesgo viene de no saber que se está haciendo. Cuando nuestra mente se desvía hacia el beneficio y la pérdida de la operación en curso, tendemos a sentirnos eufóricos o frustrados, y estos instantes nunca son buenos. La bola aumenta.
Los mejores traders no tienen ego. Confían en si mismos. No dejan que el ego interfiera en una operación perdedora, se comen su orgullo, tragan la bola mientras es pequeña, y continúan su trading ganador perdiendo de poco en poco.