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Eres único, eres irremplazable
El trading te obliga a estar en perfecta comunión con tu mente. No hay excusas, no hay culpables, simplemente una persona que toma decisiones. Nos enseñan a ser un eslabón de la cadena, a que podemos ser fácilmente reemplazables si nuestro rendimiento no es el adecuado. Estamos programados desde la más tierna infancia, y sin darnos cuenta, mamamos de una sociedad con reminiscencias militares e industriales. A mi hija aún hoy, le sigue aturdiendo una sirena en los cambios de clase, ya de mayores nos inculcan una sumisión a una jerarquía obsoleta (no confundir con el respeto o la educación), debemos cumplir un horario aunque seamos capaces de resolver nuestra tarea en menos tiempo, y un sinfín de contradicciones para ser año 2016.
Como personas, tenemos necesidades y si no están debidamente atendidas, el trading se vuelve más cuesta arriba. Me gusta destacar las siguientes:
Necesidad de aventura: no somos tan distintos de aquellos hombres cavernarios que salían a cazar mamuts, y sin embargo nos vemos arrastrados a sedentarias vidas parapetados, en el mejor de los casos, detrás de lujosas mesas de despacho.
Necesidad de estabilidad: reconozcámoslo, dejarlo todo para dedicarnos a la especulación, no es lo ideal cuando nos hemos acostumbrado a un nivel de vida, o incluso tenemos personas amadas que dependen de nosotros.
Necesidad de reconocimiento: cuando adquirimos una destreza, y además somos capaces de destacar en ella, necesitamos mostrarlo. El equilibrio es complicado, ya que podríamos caer en la vana suntuosidad.
Necesidad de afecto: fundamental, y casi siempre mal entendido. También nos enseñan a proteger al débil, y continuamente nos boicoteamos para fracasar, ya que así obtenemos la atención y el cariño que parece que el fuerte no necesita.
Si negamos alguna de ellas, con mención especial al afecto, será un calvario salir del rebaño, por muy motivados que estemos. Cuida tu cuerpo, mima tu mente. En el trading, si tu no lo haces, nadie vendrá a sustituirte. Eres único, eres irremplazable.
Artículo dedicado a mi irremplazable amigo Miguel Ángel F. G.