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El trading es maravilloso
Termina el año en los mercados, al menos para un servidor que coge vacaciones las 2 últimas semanas del 2015. Finaliza un ejercicio espectacular en la que hemos vivido situaciones que para el trader intradía han resultado vibrantes. Los anuncios de Yanis Varufakis, la crisis china, los tipos de interés del Banco Nacional Suizo, las innumerables comparecencias de Draghi y Yellen, el black monday, crisis diplomáticas y un sinfín de situaciones que nos han permitido vivir un mercado volátil y nervioso, algo que como especuladores intradía agradecemos.
No necesitamos relacionar un movimiento con las noticias que lo intentan justificar, no buscamos nunca una explicación, un porqué, únicamente un cómo y un cuándo, aprovechándonos al máximo de ese periodo de movimientos verticales. No nos interesa el cuánto, ese dependerá exclusivamente de nuestra habilidad.
Se ha ganado en 2015 porque se han hecho las cosas moderadamente bien y porque hemos aplicado la constante filosofía que distingue a nuestro trading; cada día vamos a los mercados olvidando lo que hemos ganado/perdido el día anterior. Cada día es día uno y ganaremos si hacemos las cosas bien. Aquí enumero unas cuantas acciones que lo han logrado:
- Me han saltado 67 stop loss, lo que me ha permitido limitar la pérdida todas las veces que erré mi operación. Cada stop loss ha sido mi aliado, me ayudó a seguir en el juego al siguiente día. Cada stop loss no ha sido una deshonra, sino el normal desarrollo de operaciones que podían acabar mucho peor.
- No he sufrido ningún “día de locura”. Por lo que no he licuado mi cuenta en operaciones emocionales incontrolables. He seguido un método con reglas claras, he entrenado los hábitos necesarios para aplicar esas mismas normas, y me he permitido no tomarme el mercado como algo que te juzga desde lo personal. El destino del trader es: si lo haces bien, no se nota tu presencia; si lo haces mal, tu cuenta desaparece.
- He permanecido el tiempo justo delante de la pantalla, lo que además ha aumentado mi riqueza en tiempo libre. No tiene sentido ser trader 8 horas al día. Más estrés, menos concentración y, posiblemente, menos dinero.
- He mostrado a otros las claves del trading, a ganar dinero y eso me ha obligado a hacer mejores operaciones. No conozco mejor forma de enseñar que la propia aplicación en vivo de la materia. Recuerdan lo aprendido y saborean la vida de trader.
- Me he rodeado de amigos y socios mejores que yo. Si necesitas rodearte de personas peores que tu, es que tienes un problema.
- Mejoré mi ratio de operaciones positivas. El trader vive en una constante beta, siempre buscando la manera de mejorar, o al menos de no empeorar.
- He simplificado aún más mi ya elemental sistema de especulación. Es una obsesión tanto mía como de mis socios. Si quien te explica el trading lo pinta demasiado complicado, es que el mismo no lo ha entendido. Huye.
Ha sido sin duda un año de ensueño como trader y mentor, descubriendo que es posible mejorar y transmitir aún mejor el trading y la lógica de los mercados.