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El fin del monopolio en los precios
El petróleo continúa con su evolución negativa desde que empezara a corregir su precio de $115,71 en junio de 2014. Esto se debe principalmente al aumento de su producción en EE.UU, aunque ralentizado en 2015, un menor crecimiento de la demanda de los grandes importadores como China e India debido a la reducción en el crecimiento de sus economías, así como la producción en Medio Oriente, que han hecho que el precio del crudo se encuentre actualmente en $38, mínimos desde 2008. El precio del petróleo llegó a alcanzar su máxima cotización en julio de 2008 cuando alcanzó los $147,5 el barril. La media histórica, sin embargo, no está muy lejana al precio actual, ya que desde el año 1987, el precio medio ha sido de $44,68 el barril.
En 2015, la demanda mundial de petróleo alcanza los 91,35 mbd (millones de barriles diarios), sin embargo, la producción mundial del crudo se encuentra se encuentra con un exceso de capacidad, produciendo 96,9 mbd. Esto supone que cada día aumenten las reservas de esta materia prima, que llegan ya a los 3.000 millones de barriles diarios. El resultado, es que ya no hay donde guardar el petróleo.
La reunión del pasado 4 de diciembre, congregaba a los países de la OPEP con el objetivo de tratar principalmente dos puntos fundamentales para la evolución del precio del crudo: fijar el techo de producción del cártel, que sobrepasa el límite actual en 1,7 mbd, y por otro lado, acordar los países que reducirían su producción. A pesar de la importancia de la reunión, finalmente no hubo acuerdo y la decisión queda aplazada al 2 de junio de 2016. El cártel ha perdido irremediablemente su poder a fijar los precios y está abocado a desaparecer.
La OPEP produce alrededor de un tercio del petróleo a nivel mundial (31,7 mbd), exporta el 40% del crudo que se consume en el mundo y tienen un 80% de las reservas globales, localizadas y exploradas.
Los principales países de este cártel por producción son: Arabia Saudita (10,22 mbd), Iraq (4,14 mbd), EAU (2,9 mbd) e Irán (2,85 mbd).
Arabia Saudita continúa con su estrategia de aumentar su producción evitando financiar a otros productores con márgenes más estrechos y sacar del mercado a los productores con mayores costes, como el "fracking" en EE.UU o los yacimientos del Mar del Norte, éstos últimos cerca de agotarse. El país árabe advirtió que sólo recortarán su producción si Rusia, Kazajistán y México la reducen. Este reto se antoja difícil, ya que Rusia, uno de los principales países productores de crudo (10,74 mbd), avanzó que va a seguir incrementando la producción para seguir compitiendo con la OPEP mediante precios. A su vez, Irán ya ha anunciado que aumentará su producción en al menos 1 mbd cuando levanten las sanciones al país, lo que añadirá más presión a la baja sobre el precio.
Por otro lado, países como Venezuela, sí que abogaban por reducir la producción. El país Vinotinto, sexto productor del cártel con 2,37 mbd, propuso una reducción del 5% en la cuota de producción conjunta con el objetivo de recuperar los precios del crudo y promover el equilibrio del sector de hidrocarburos. En los últimos 3 años Venezuela ha perdido casi un 20% de su PIB. Actualmente, esta pérdida se concentra en los sectores manufactureros y construcción debido a la caída de los precios de las materias primas y los metales. Una bajada en la producción venezolana sería de los pocos factores que podrían hacer que el precio en un momento puntual repunte.
Por su parte, EE.UU ha reducido su producción en 2015 según el AIE (9,3 mbd en junio). A pesar de ello, supone una importante contracción de su importación gracias al “shale” y genera también un aumento de las reservas de crudo. El país americano, ha pasado de ser uno de los mayores importadores de petróleo del mundo a ser prácticamente autosuficiente energéticamente con el crudo de esquisto.
Como resultado, China con 5,6 mbd y 1,2 millones de otros productos petroleros, e India con 3,8 mbd, se consolidan como los dos mayores compradores de crudo a nivel mundial y abarcarán el 60% de la demanda en 20 años más.
Por último, es importante tener en cuenta el acuerdo del pasado día 12 de diciembre sobre el cambio climático, fundamentalmente para reducir las emisiones y conseguir que la temperatura del planeta no suba más de 2°C a final de siglo. El acuerdo, alcanzado por 195 países, parece fijar las tablas hacia una mayor inversión en energías renovables, que sean respetuosas con el medio ambiente. Esto podrá afectar de manera significativa al petróleo en un futuro a través principalmente de una reducción de la demanda que busque otras energías más saludables para el planeta.
El petróleo se ha convertido en una commodity más, como el maíz o el trigo, donde existen pequeños y grandes productores, unas reservas, que por el momento se incrementan y sujetan a las leyes de la oferta y de la demanda y sin capacidad de poder para establecer su precio.
Javier Mora-Losana Bautista