Estreno de Vinyl o cómo conseguir hacer una nueva «obra maestra»

Juntar los nombres de Martin Scorsese, Mick Jagger, y Terence Winter, así como HBO y decir que de ellos surge una nueva serie, es hablar de algo que esperar con ganas y que por fin hemos podido ver. Vinyl se estrenó ayer noche en Estados Unidos y su primer episodio ya es quizás de los mejores pilotos que hemos visto en mucho tiempo. De hecho a sus 73 años, Scorsese ha logrado dirigir un piloto que ya podemos incluir entre uno de sus mejores trabajos.

El equipo que se ha formado para esta nueva ficción nos lleva a un año: 1973, y a una ciudad: Nueva York en la que nos encontramos con un mundo centrado en la música y en las drogas y atención…en el crímen.La aparición de un cuerpo en el maletero de un coche, hace que los fans de Scorsese piensen de inmediato en Uno de los nuestros, y con ello que la serie adquiera una trama cuyo desarrollo se promete apasionante.

Al margen de cadáveres, el protagonista en Vinyl es un inspirado Bobby Cannavale luchando y viviendo de manera tormentosa mientras da vida al jefe del sello Vinyl,  Richie Finestra, en un momento en que el negocio de la música se encuentra el centro de la cultura americana y en su mayor influencia.

El personaje se ve desquiciado, y no es para menos su sello está «amenazado» de ser vendido al grupo alemán Polygram. En un contexto en el que la crisis económica favorece la aparición de nuevos ritmos provenientes de los guetos y la proliferación de las salas de conciertos y clubes, el desafío para Finestra es encontrar la salvación de su empresa, mientras se enfrenta a muchos demonios personales, incluyendo lo que hizo con el talentoso cantante Lester Grimes en los años 60.

Finestra es la encarnación del hombre inquieto e infeliz, que es capaz de absolutamente todo para convertirse en el mejor. El personaje está al borde de una crisis personal que es amplificada por los acontecimientos significativos, desde que su esposa, la hermosa Devon (Olivia Wilde), está lejos y funciona como una especie de ancla moral.

Pero Vinyl, como digo, no es solo eso, también es una historia sobre las malas elecciones y como en la vida a veces es mejor tratar de suavizar las asperezas y los momentos desagradables para encontrar un término medio moral que sea cómodo. En una historia de sexo, coqueteo, la violencia, negocios sucios y dinero sucio, en la que además sorprende la presencia de Ray Romano, a décadas de distancia de Todo el mundo quiere a Raymond, como el ejecutivo discográfico Zak Yankovich y en un papel que ya podemos decir que es quizás de los mejores que haya interpretado.

Desde el comienzo Vinyl no es solo una serie bien ambientada, en la que además la música es exquisita. Es también una ficción que parece haber conseguido un piloto en el que todos sus personajes están en «estado de gracia». Normal si detrás de la cámara está Scorsese, pero lo cierto es que junto a Romano, Olivia Wilde (House), construye a un personaje que aunque parece frágil, es quizás una mujer que va a dar grandes momentos, de hecho podemos decir que el personaje de Devon es el centro sigilosamente sólido de la drama.

Por otro lado, la música no es solo grandiosa como ya he mencionado, sino que es un elemento imprescindible para entender Vinyl como se debe entender. Cualquiera que haya seguido la filmografía de Scorsese sabrá de su buen gusto, y de su amor por el rock de los 70, pero además la aportación e influencia de Jagger en la producción nos lleva a una selección de grandes nombres que suenan, y de cameos que se acercan a  Led Zeppelin, Elvis, Little Richard, Lou Reed, Otis Redding y Alice Cooper por nombrar a unos cuantos, en la época justo antes de que Nueva York inventara el punk y el hip-hop en el Bowery y el Bronx. 

Con buenos ingredientes y toda esa música, Vinyl no pierde ni un ápice de ritmo. Como un álbum bien escalonado, la serie es quizás algo nostálgica, pero pulsante y con ello no pierde emoción en ningún momento.