Review de State of Affairs ¿puede esta serie salvar la carrera de Katherine Heigl?
Katherine Heigl era una actriz practicamente desconocida hasta que en 2004 comenzaron las emisiones de Anatomía de Grey. En la serie de ABC dió vida a Izzie Stevens que formaba parte del grupo de estudiantes de medicina, aspirantes de doctores, entre los que estaban la protagonista Meredith y su mejor amiga Cristina. Izzie fue desde el comienzo un personaje que atrajo la atención de muchos pero que al «desinflarse» en alguna de las tramas acabó desapareciendo.
El adiós a Izzie Stevens se produjo en 2010 cuando Katherine Heigl decidió dejar Anatomía de Grey. Se decía por aquel entonces que la actriz no entendía porque sus tramas habían bajado de intensidad o de presencia escénica, pero además la actriz se «vendía» desde muchos medios como una más que posible candidata a ser una especie de «nueva Julia Roberts» así que optó por el cine y dejó la televisión tras eso sí, poder presumir de haber conseguido un Emmy a la Mejor Actriz de Reparto y además haber estado nominada al Globo de Oro, también por su trabajo en el drama médico.
A pesar de esos reconocimientos, y tras la salida que nadie esperaba, Heigl estaba preparada para triunfar realmente en la gran pantalla, pero pasados los años y tras haber protagonizado varías películas para nada destacables; la actriz se dió cuenta de que la suerte no le había sonreído como esperaba y de este modo, decidió volver a la televisión aceptando ponerse al frente de State of Affairs, un nuevo drama con transfondo político y criminal que ayer noche se estrenó en NBC.
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Prueba gratis Prime VideoHeigl da vida en la serie a Charleston Tucker, analista de la CIA que prepara un documento diario sobre las amenazas que pueden sufrir y que presenta al Presidente de Estados Unidos, en esta ocasión presidenta.
Esta es la base inicial de nuestra protagonista en State of Affairs, ya que en ella existe un transfondo dramático que iremos conociendo (aunque no demasiado) a medida que avanza su primer episodio. De Charleston conocemos su dolor por la muerte un año antes de su novio durante un incidente terrorista en Kabul. Un novio que era además hijo de la presidenta interpretada por Alfre Woodard.
El personaje de Woodard podría ser en otra serie, quizás en otro canal, uno de esos personajes imprescindibles pero me da a mi que en este caso quedará por detrás y mucho de Heigl ya que todo en el arranque de State of Affairs parece hacerse para lucimiento de la actriz. Debe ser que el hecho de aparecer como productora le otorga el privilegio de creer que puede llevar la serie sobre sus hombros, pero sintiéndolo mucho ni ella es una actriz de esa altura (aunque no digo que esté mal en su interpretación) ni su personaje es Jack Bauer en femenino.
Joe Carnahan, director de The Blacklist (que ya ha triunfado en la misma NBC) trabajó por lo visto en el guión del piloto emitido junto a Susan Morris y la creadora Alexi Hawley, y este hecho se intuye como un rediseño para conseguir que una trama algo previsible consiga tener al menos un «acertijo» principal ya que Charlie puede tratar de salvar a un médico estadounidense que ha sido tomado como rehén por terroristas en África, o correr el riesgo de intentar atrapar al autor intelectual de la muerte de su prometido. La decisión la pone en desacuerdo con el director de la CIA ( Dennis Boutsikaris), un burócrata testarudo clásico y con el que se plantea una escena al más puro estilo Homeland (aunque sin llegar a tanto).
Como beneficio adicional, Charlie también comienza a recibir mensajes anónimos crípticos, lo que sugiere que alguien muy bien comunicado sabe mucho acerca de su pasado, incluyendo lo que realmente pasó en Afganistán.
Al margen de esta intensa decisión, State of Affairs es una serie que parece «beber» mucho de otras ficciones actuales como la mencionada The Blacklist, oHomeland pero también Scandal y Madam Secretary (estrenada hace poco en CBS).
En algunos aspectos, dado el carácter anodino del equipo con el que trabaja Heigl, las perspectivas se reducen a una prueba de su atractivo ( me reafirmo en lo de serie para su lucimiento). Y mientras ella sí parecer estar adecuada en su papel (las cosas como son), todo atisbo de atención hacia la actriz desparece en los planos compartidos con Woodard la cuál a pesar de todo le roba la función sin apenas esfuerzo, y con mucha más experiencia.
La serie se emite junto al «talent» The Voice y tal vez por ello se vaya a mantener pero lo cierto es que por este primer episodio no dan muchas ganas de seguir viendo una ficción que parece realizada a partir de recortes de otras muchas y que además cuenta con una Heigl acertada pero a la que parece que hace tiempo que se le pasó el «estado de gracia».
No conozco a la actriz, y tampoco he visto «State of Affairs», pero lo cierto, es que si yo estuviera en su situación, no pondría en manos de la NBC eso de «salvar» mi carrera…