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Crítica de Chernobyl, la serie del momento que ya deberías haber visto

La cadena HBO no ha sabido hacerlo mejor. Aunque durante las últimas semanas ha estado en boca de todos gracias a la temporada final de Juego de Tronos, la cadena supo aprovechar el interés que la serie de fantasía tenía para lanzar otra de sus producciones, Chernobyl que se ha convertido sin lugar a dudas en la serie del momento.

Pocos seriéfilos o aficionados sin más a sentarse el fin de semana a ver alguna serie, han podido resistirse a la crudeza visual y narrativa de Chernobyl, una miniserie de tan solo cinco episodios que aunque parecía que iba a pasar desapercibida lo cierto es que gracias al «boca a boca» y como no, a las redes sociales ha logrado ser una serie indispensable. Al margen de algunos puntos de ficción que tal vez poco coincidan con la realidad de lo sucedido en la central nuclear de Chernobyl en abril de 1986, lo cierto es que Chernobyl se erige como una ficción indiscutiblemente bien narrada, bien interpretada y como no, bien desarrollada. Todo ello hace que estemos hablando ahora de la miniserie que creo que se lo va a llevar todo, en la temporada de premios (tiempo al tiempo…).

Salir de Juego de tronos para entrar en Chernobyl puede ser un cambio repentino para los espectadores, pero la serie comenzó a destacar precisamente gracias a su calidad técnica y por su narrativa atractiva. Sólo tienes que ver el primer episodio para no querer dejar la serie de lado hasta que todas las tramas hayan sido resueltas, y este compromiso ocurre, sin dudas, por el impacto que esta historia real es capaz de generar en cualquier espectador.

La miniserie comienza fuera de la central, con un gato, y un personaje anónimo y su vida cotidiana, y de repente una grabación de voz…luego pasamos a una joven también en su vida habitual y de repente…un destello, una luz…que ya nos introduce de lleno en la central. No entendemos nada, pero lo que sucede nos atrapa. HBO (y Sky que también produce) consigue generar la intriga al espectador que ni siquiera tiene idea alguna de lo que es un «reactor RBMK.»

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Incluso aquellos que no están familiarizados con la historia de Chernobyl , pueden imaginarse la grandeza del desastre que supuso el accidente nuclear. Viendo la producción de HBO, siempre se muestra este peso, dejando al público consciente de que estamos asistiendo a una tragedia sin precedentes. Es justamente por eso que llega a ser tan aflictivo acompañar a los personajes en medio de las repercusiones del accidente, con los núcleos políticos rechazando aceptar su magnitud.

El contexto es importante en lo que se narra, y aunque la serie esclarezca superficialmente las motivaciones para la demora de la aceptación del gobierno soviético, hay que resaltar el clima de tensión que definía la Guerra Fría, un conflicto que se desarrollaba por medio de carreras tecnológicas y embates ideológicos . Los soviéticos se resisten a asumir este acontecimiento por una cuestión de imagen ante el resto del mundo, y esta resistencia es lo que hace la jornada de personajes como Legasov (Jared Harris), tan emocionante, al mismo tiempo que es extremadamente tensa.

La enorme escala de esta jornada es siempre recordada para el espectador a través de sus posibles consecuencias, aprovechando las discordancias entre Legasov y Shcherbina (Stellan Skarsgard) para hacer la comprensión de lo que sucede más palpable. La serie también utiliza a Lyudmilla Ignatenko (Jessie Buckley), un personaje ficticio (responsable de representar al conjunto de científicos reales que trabajaron en la reparación del desastre), para mover la narración con más eficiencia y objetividad.

La narrativa de Chernobyl se divide en esos mencionados cinco episodios, con cada capítulo centrándose en la integración de nuevas perspectivas de resolución que dan paso a diferentes fases de la catástrofe. No hay tiempo para prolongaciones innecesarias o sub-tramas redundantes, y de hecho, ya en el primer episodio, somos llevados al interior del accidente (hasta entonces) incomprensible, donde todas las reacciones parecen estar frustrantemente atrasadas. No hay esperanza porque aunque se intenta lo imposible, el espectador sabe que nada se puede hacer para salvar a todo aquel que esté dentro de la central, o entre posteriormente, y tampoco se pueden salvar todos aquellos que viven en la zona. Este es un enfoque que aunque realista, es realmente tremendo (en términos de ficción), pero sirve para construir un escenario que de alguna manera resulta esclarecedor para el espectador. Sabes sin dudar qué está pasando en todo momento, y qué va a pasar, sin artificios, sin músicas esperanzadoras de fondo y de alguna manera siendo testigo de una ficción que en momentos parece querer ser un documental.

La serie logra un equilibrio notable entre sus fidelidades y sus elecciones creativas. Gran parte del peso dramático de su veracidad se logra a partir de los pasajes de tiempo, que sirven como guías para que la narrativa progrese de acuerdo con la historia real, conforme se avanza para introducir nuevos aspectos de este escenario en medio de la urgencia. De este modo, se nos recuerda constantemente que la batalla sólo puede ser ganada a través de sacrificios pesados, tanto personales como nacionales. Pero todo se vuelve aún más trágico, cuando acompañamos el sacrificio de hombres comunes, mientras el gobierno continúa negándose a sacrificar su imagen.

Visualmente, Chernobyl también merece todos los elogios que ha recibido en todo el mundo. Su ambientación deprimente es constantemente enriquecida por composiciones representativas que quedan grabadas en la memoria del espectador, retratando momentos específicos que pueden evocar mucho más emoción de lo que cualquier texto histórico sería capaz, y haciéndonos asimilar la atmósfera de desesperación, sacrificio y desilusión que impregna toda la miniserie.

La fascinación por ofrecer un retrato verdadero, junto con la participación de un relato emocionante que se preocupa por el sentimiento personal, fácil de llegar al corazón de cualquier espectador, recuerda el momento en que HBO logró hacer lo mismo con una producción similar: la aclamada Band of Brothers. Como en aquella miniserie, HBO y Sky logran que Chernobyl no sea tan solo un logro técnico y visual, sino que además reconstruye con todo detalle, un período de gran importancia para nuestra sociedad, logrando así resultado memorable para la televisión.

Chernobyl abre ampliamente el debate de si podía haberse evitado un desastre como este, y nos hace preguntarnos si, en un mundo moderno y globalizado como el nuestro, no estamos (irónicamente) cada vez más incapacitados para ver con objetividad, los peligros reales de nuestra evolución en este planeta. Si los ideales y las empresas de naciones estarán siempre por encima de cualquier interés en la preservación humana, ¿cuánto tiempo tenemos hasta que un nuevo desastre surja sobre nuestras cabezas, sin poder percibir su impacto hasta que ya sea tarde? Teniendo en cuenta las actuales discusiones sobre el calentamiento global, la serie de HBO no podría haber llegado en un momento más oportuno para reavivar esta pregunta frustrante.

De los bomberos condenados por el desastre inmediato, a las salas de reuniones que ordenaban sacrificios. De los mineros sacados de sus rutinas para lidiar con la misteriosa y perturbadora radiación, a los meros soldados encargados de asesinar animales con frialdad traumática. Chernobyl hace que el espectador sea consciente de las consecuencias de este tipo de desastres, acercándose precisamente a las decisiones que aunque dudosas, para muchos fueron justificadas.

«Cuando la verdad ofende, mentimos hasta no acordarnos más de ella»

Con esta frase, Legasov reconoce su ingenuidad, y comenta que las soluciones encontradas por la ciencia y la reflexión no siempre están de acuerdo con la ambición y el ego del ser humano. Por lo tanto, están sujetas a ser ignoradas. El último episodio de Chernobyl está dominado por la reconstrucción posterior a los desastres y el juicio del momento cuando el reactor explotó, y finalmente, nos da las respuestas científicas a la pregunta que ha penetrado en esta historia. Pero la verdadera respuesta que merece la atención total del espectador es mucho más simple.

¿Como puede explotar un reactor RBMK ? Dejando que suceda.

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