The Americans se despide con un final tibio que habrá decepcionado a más de un fan
¡¡¡ES UNA REVIEW DEL FINAL. CONTIENE SPOILERS!!!
FX emitió ayer noche el final, tras seis temporadas, de The Americans, serie sobre la guerra fría que puede presumir de ser sin duda una de las mejores ficciones vistas en los últimos años, pero cuyo final puede haber decepcionado a más de un fan.
Sin la tensión que ha definido el espectáculo desde su debut en 2013, el final escrito por Joel Fields y Joe Weisberg para la sexta y última temporada fue tibio y quizás no ha estado a la altura de lo esperado.
Un cierre tan desafortunado y tímido es un pecado en cierto sentido, que traiciona los cimientos de una gran serie, en la que Keri Russell y Matthew Rhys interpretaron a unos espías soviéticos que han pasado de todo pero que ahora en el final, han sido capaces de escapar sin esfuerzo de la trampa de las autoridades estadounidenses. Optando por perder asus hijos por elección y circunstancia, el dúo disfrazado decide escapar al otro lado del Atlántico desde la porosa Canadá, para evitar la Interpol y regresar al abrazo aparentemente bienvenido de la madre Rusia todavía dirigida por Mijail Gorbachov.
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Prueba gratis Prime VideoDespués de pasar años previos desarrollando relaciones tan complejas y tensas con la Era Reagan de por medio y un laberinto de lealtades, especialmente entre la pareja, el episodio final (de más de 90 minutos) fue una marcha metódica que no sabía cómo mantener el ritmo estándar que la serie había establecido por sí misma.
Quizás muchos pensarán que hubiera sido mejor que el penúltimo episodio «Jennings, Elizabeth» de la semana pasada fuera el final de la temporada y de la serie. En el episodio vimos la feroz disputa entre el personaje emocionalmente e ideológicamente castigado de Russell y su hija espía Paige, interpretada por Holly Taylor, y la llamada codificada de Philip Jennings (Rhys) a Elizabeth, informándola de que habían sido desvelados. Acabar así quizás habría sido algo al estilo Los Soprano pero sin duda muchos consideran que habría sido lo mejor.
En lugar de ello, hemos visto a los Jennings siendo perseguidos, con el agente del FBI Stan Beeman siendo quizás el personaje más desaprovechado.
¿Se supone que debemos creer que el FBI tiene ojos en todos los aspectos de la vida estadounidense de los Jennings, incluyendo el elegante internado de su hijo felizmente desprevenido Henry (Keidrich Sellati) pero no han sabido captar los movimientos de Paige? ¿Parece plausible en un caso tan importante que Beeman podría deshacerse de su compañero e irse sin más? ¿No resulta increíble ver como los protagonistas diseñan su plan de fuga como si fuera algo sencillo y que encima así se haya desarrollado?
No hablamos de una serie cualquiera, se trata de The Americans, una serie que en seis años ha entrelazado todo tipo de tramas y nos ha mantenido en vilo constantemente pero que ahora parece haber jugado una carta comodín que ha fastidiado toda la partida.
No era que la semi-retirada pero todavía bien afilada máquina de matar conocida como Philip Jennings hablara con el agente del FBI y su supuesto mejor amigo Beeman para que los aceptara. Es que él, lastimera e increíblemente convenció al personaje interpretado por Noah Emmerich para bajar su arma y traicionar todo lo que creía sobre la batalla entre Estados Unidos y la entonces URSS simplemente porque él se lo pidió. Ah, sí, y luego, antes de subirse al auto robado, Philip dijo que el alma gemela de Stan podría ser ella misma agente de la KGB.
Pero no todo ha sido malo en este final, ver a Paige decir adiós a sus padres para ella misma irse a beber vodzka da esperanzas a los fans de que tal vez, y solo tal vez, quizás la serie pudiera volver en forma de spin-off centrado en su personaje.
The Americans ha tenido un recorrido espectacular y sabemos que llegar a un cierre satisfactorio no es siempre fácil (ahí están series como la nuevamente mencionada Los Soprano) pero lo cierto es que muchos serán los fans decepcionados ante un final que bien podría o haber sido más trágico o quizás dejar alguna «puerta abierta» para que esa huída diera pie a que creamos que tal vez los protagonistas estén tentados de volver a Estados Unidos en algún momento.