El productor de Las Chicas Gilmore demanda a Warner Bros por el impago de beneficios de la serie original y el reinicio en Netflix

El productor de televisión y cine Gavin Polone está demandando a varias divisiones de Warner Bros, su empresa matriz Time Warner y CW Network afirmando que se le ha negado su parte justa de las ganancias que se han generado de la transmisión de la serie Las Chicas Gilmore y su renacimiento de Netflix,  Gilmore Girls: A Year In the Life.

La demanda civil, presentada el jueves en el Tribunal Superior de Los Angeles, acusa a varias unidades de Warner Bros., incluidas Warner Bros Television Production y WB Studio Enterprises, de involucrarse en dudosas prácticas contables de Hollywood para privar a Polone y su empresa de servicios profesionales, Hofflund / Polone, de su parte de las ganancias de la exitosa serie.

«Este caso es parte de una larga y problemática línea de artistas exitosos de todo tipo que se ven obligados a recurrir ante un tribunal contra un socio corporativo que manipula la contabilidad de su trastienda y distorsiona la interpretación de sus obligaciones contractuales», argumentan los abogados de Polone. «Las víctimas de este comportamiento opresivo son los artistas que crean el contenido que explotan los socios productores corporativos».

La demanda acusa a varias unidades de Warner Bros de deducir erróneamente gastos por artículos que no están cubiertos por el lenguaje de sus acuerdos, como tarifas de distribución de video por demanda para el programa Netflix, y exagerar los costos de producción pagados a compañías afiliadas para reducir la rentabilidad del programa, al menos en papel.

Cuando Polone intentó desafiar estas prácticas a través de una auditoría, la demanda alega que Warner Bros «recurrió a la demora, la evasión y la mala dirección en un esfuerzo por ocultar su mala conducta».

Polone, cuyos créditos incluyen películas como Panic Room, Zombie Land y A Dog’s Purpose, y la serie de televisión de HBO Curb Your Enthusiasm, dijo que Warner Bros Television lo contrató en 2000 para actuar como productor ejecutivo del programa. El acuerdo dio derecho a Polone al 11.25% de los ingresos brutos ajustados del programa.

Varias disputas sobre el pago han surgido desde entonces.

En un desacuerdo sobre pagos de 2007, una auditoría forense encontró «numerosos errores y omisiones» en la contabilidad de Warner Bros que dieron como resultado «sumas importantes» pagadas a Polone. Otra auditoría, en 2014, descubrió que se le debía a Polone más de 1 millón debido a ingresos no informados y deducciones impropias, según la demanda.

Polone volvió a la corte en 2016 porque Warner Bros se negó a compensarlo por el resurgimiento de la serie en Netflix.

Este último caso trata de pagos relacionados con la transmisión online de los espectáculos. Polone argumenta que Warner Bros aplicó incorrectamente una tarifa de distribución del 10% en la primera temporada de Gilmore Girls: A Year in the Life, que redujo los ingresos brutos de la serie en casi 2 millones. Hizo lo mismo para las transmisiones de los episodios originales de Gilmore Girls, reduciendo artificialmente la rentabilidad del programa, alega la demanda.

La demanda de Polone también acusa a Warner Bros de participar en una práctica llamada «revestimiento recto», en la cual espectáculos lucrativos como Gilmore Girls están empaquetados con series no rentables. Al agrupar las series de televisión de esta manera, un estudio puede atribuir una parte equitativa de la tarifa de distribución y evitar pagar tarifas adicionales a los participantes con ganancias en títulos exitosos, alega la demanda.

La demanda del productor alega incumplimiento de contrato, fraude y prácticas comerciales desleales, entre otras acusaciones. Polone está solicitando al tribunal daños y ganancias no pagadas, y un mandamiento judicial permanente que prohibiría a Warner Bros. informar de los ingresos y los gastos de manera incorrecta en los programas de televisión y exigirle que coopere con las auditorías de manera oportuna.

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