The Good Fight no es solo un buen spin-off sino que es además una gran serie

¡¡¡REVIEW DEL ESTRENO!!!! ¡¡¡CONTIENE SPOILERS!!!!

The Good Fight, el esperado spin-off de The Good Wife tenía la difícil tarea de convencer a los fans de la serie de CBS de tener posibilidades tras nacer de donde nacía, y ahora que por fin CBS All Acces ha lanzado los dos primeros episodios ya podemos decir que estamos ante uno de los dramas del año.

Si has visto The Good Wife, The Good Fight arranca como si fuera un episodio más de la serie original, aunque dejando claro ahora que por fin el personaje que tomas las riendas es Diane Lockhart (Christine Baranski) que ya brillaba con mucha luz por detrás de Alicia Florrick (Julianna Margulies).

En la primera escena de The Good Fight, nos encontramos a la exitosa abogada Diane Lockhart mirando la televisión en la oscuridad. El personaje está viendo la inauguración de Donald Trump, y su ceja fruncida y su expresión de enfado desvela lo que muchos piensan ¿esto está pasando realmente?.

Con esta escena arranca la serie, y con esta escena se modifica en realidad The Good Fight que de hecho comenzaba de otra manera con la suposición de que las elecciones de 2016 las iba a ganar Hillary Clinton. De este modo los creadores de la serie, Robert y Michelle King, decidieron modificar el piloto y regrabar algunas escenas (como la primera) tras la victoria de Trump.

Con Trump como presidente y el descontento de Diane empieza entonces The Good Fight, y aunque la escena transmite un sentimiento generalizado, también sirve para establecer el tono de la serie, acerca de cómo empezar de nuevo cuando se piensa que las cosas están aseguradas.

En la serie, Lockhart finalmente ha decidido retirarse, abandonar el bufete de abogados que lleva su nombre y trasladarse a un castillo en el sur de Francia estando además separada de su marido Kurt McVeigh (Gary Cole). Pero su plan de «escape» queda frustrado cuando se revela que ha estado participando en un esquema como el esquma Ponzi que la deja a ella, y a las otras élites liberales de Chicago que invirtieron sus millones en el fondo, completamente arruinados. De este modo, no sólo se ve obligada a renunciar a su sueño de mudarse a Francia, sino que necesita volver a trabajar.

Su relación cercana anterior a los inversionistas deshonrados la convierte en el  «veneno» entre la mayoría de las firmas de abogados prestigiosas de Chicago, con la excepción de una, predominantemente afroamericana y en la que lidera Adrian Boseman, personaje al que da vida Delroy Lindo.

Aunque la serie centra su trama en el «renacer» de Diane como abogada, aunque sea por imposición monetaria, el esquema de The Good Fight es similar al de The Good Wife, contando así con lo que podría ser el «caso de la semana» así que en el estreno de la nueva serie, nos encontramos con el caso de una víctima de la brutalidad policial.

Además, Diane Lockhart no es el único reclamo dentro de la serie, ya que tenemos también a Lucca Quinn (Cush Jumbo), una abogada subestimada pero brillante, y a Maia Rindell (Rose Leslie), la hija de los inversores fraudulentos, Quien, como Lockhart, está tratando de reconstruir su vida después de la traición de sus padres. Además, el hecho de que el programa esté disponible exclusivamente en el servicio de streaming de CBS significa que está libre de restricciones de cadena, de modo que nos topamos con una serie en la que no solo los personajes «juran en hebreo», sino que algunas de las tramas son más atrevidas (Maia y su destacada condición sexual) y el antícipo de casos que se tratarán bajo un prisma políticamente correcto.

En definitiva, y como ya le pasaba a The Good Wife, The Good Fight no es solo un drama legal, es sobre todo una serie sobre un grupo de mujeres que han sido descarriladas (y atoradas) por las acciones descuidadas de otros. En lugar de renunciar, estas mujeres se niegan a dejar de pelear y están decididas a mostrar a todos quién es el jefe de nuevo, de modo que la serie se erige como uno de los dramas más prometedores para este 2017.