The Walking Dead

Seis cosas que hemos aprendido de la sexta temporada de The Walking Dead

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¡¡¡Esta entrada puede contener algunos SPOILERS!!!

Hace una semana AMC se preparaba para despedir a la sexta temporada de The Walking Dead, y ahora que han pasado días desde que viéramos «Last Day on Earth», y digerido su final, podemos recapitular y pensar un poco en todo lo que hemos aprendido de esta entrega.

1. La amenaza de los vivos es cada vez mayor

The Walking Dead es en su esencia más pura, una serie sobre un apocalipsis zombi y como sobrevivir a él, pero ha quedado demostrado con la sexta temporada, que los caminantes son cada vez menos una amenaza o de hecho la «Gran Amenaza» que suponían en las primeras temporadas.

Durante las primeras cinco temporadas, la serie tenía un «modus operandi» predecible: Rick y su grupo se iban trasladando  a una nueva ubicación semi-fortificada; y en su camino se encontraban con caminantes y descubrían que el ser humano podía ser en sí una amenaza mayor; pero ahora que nuestros héroes se han asentado en la subdivisión amurallada de Virginia conocida como la zona segura de Alejandría, los «caminantes» son el menor de sus problemas. Los días de salir a buscar comestibles sin saber qué encontrarían se han acabado en cierto modo y aunque las provisiones escasean, Alejandría supone un buen lugar para la agricultura. Vale sí, la primera mitad de esta temporada acabó con la zona segura siendo invadida por los caminantes, pero Rick y los suyos sabieron vencer, y de hecho les vemos crecerse cuando se trata de zombies mientras que el enfrentamiento primero con algunos de los Lobos, seguido del encuentro con los miembros de Hilltop y ahora de Negan, nos muestran a unos personajes más vulnerables.

Matar a un zombi o caminante es relativamente sencillo para Rick o cualquier de nuestros protagonistas. Verles de rodillas frente a Negan y su bate, nos deja claro que nada va a ser lo mismo y que seguramente la séptima temporada volverá a dejar cada vez más de lado, esa amenaza zombi que tanto nos preocupaba en la primera temporada.

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2. Negan no es agradable (y eso es decir poco)

Se podría argumentar que la única cosa realmente importante en esta temporada de The Walking Dead fue ese momento final en el que vimos por fin a Negan, uno de los principales personajes de los cómics. Y no es por desmerecer otros momentos, como la entrada de los Caminantes en Alejandría, ver a Carl perder su ojo, o que Glenn nos dejar sin saber que le había pasado durante varios episodios, pero Negan ha sido tan «cebado» por parte de los responsables que cuando ha llegado ha sido el «summum» de la serie aunque la gran mayoría se hayan sentido decepcionantes.

De todos modos y hablando solo del personaje, y no de lo que sucedió. en el final, el Negan que ha creado Jeffrey Dean Morgan es justamente (o al menos se sugiere) lo que podríamos esperar de él a partir de los cómics y en definitiva de todo lo que hemos visto a lo largo de la sexta temporada.

Desde que Rick se ha topado con los Saviiors, tanto él como los demás (Daryl o Carol) no han dudado a la hora de eliminarlos, de modo que han matado a muchos de los hombres de Negan, que aunque cruel y despiadado actúa o actuará con cierta lógica (aunque sea la suya).

3. Nuestros héroes parecen ser cada vez más tontos

Rick parecía un líder razonablemente bueno o al menos uno con las ideas claras, pero a partir de su desastroso plan para intentar sacar a los zombies fuera de la ciudad en la primera mitad de esta temporada, su autoridad ha sido cada vez más difícil de respetar. Lo que es peor, es que la gente previamente sensata como Daryl, Michonne, y Abraham parecen haber sido infectados por su incompetencia.

Los últimos episodios han mostrado a nuestros personajes principales tomando decisiones de manera impulsiva, y provocando situaciones que de otra manera podrían haberse evitado fácilmente. Todo se debea a que en realidad no ha sido hasta el final, cuando han trabajado como un equipo, ni tampoco parecen saber, ni preocuoparse por lo que los demás de su grupo está pensando o sintiendo. Un problema que les va a pasar factura y de hecho será lo peor en la nueva temporada. Pensemos que Negan y sus hombres parecen uno; de hecho los Saviors han dicho varias veces «Negan somos todos» o «Yo soy Negan». ¿Hemos visto a alguno de los nuestros diciendo «Rick somos todos»?.

4. Carol podría morir o dejarse morir

Desde que Carol prendiera fuego a los suyos en la prisión por el bien del grupo, ella ha sido el personaje más duro de The Walking Dead: una mujer tan empeñada en sobrevivir que escondía su buen corazón sólo porque su gentileza podría ser peligrosa para la vida. Pero hacia el final de esta temporada, Carol ha desarrollado sentimientos románticos y posteriormente ha tenido que volver a ser la Carol fría de siempre, algo que no le ha gustado de modo que decide finalmente abandonar a los suyos, porque según su propia lógica perversa, ella piensa que su vacilación demuestra que ella no ama a sus amigos lo suficiente. En el final de temporada, parecía estar a punto de morir, y aunque fue salvada por Morgan, no sabemos si sobrevivirá o tiene realmente sus días contados.

5. El ritmo sigue sin ser el punto fuerte de la serie

No es algo que hayamos aprendido ahora. De hecho lo llevamos «sufriendo» desde el comienzo de la serie y aunque la sexta temporada parece que ha mejorado en este aspecto, lo cierto es que su ritmo suele fallar todavía.

La primera mitad de la sexta temporada en realidad tan solo cubrió unos días, además de varios flashbacks. A continuación, la mitad posterior tomó grandes saltos adelante en el tiempo de episodio en episodio. Mientras tanto, grandes cambios, como el ablandamiento de Carol, hicieron que los fans no acabaran de saber realmente el porqué de su cambio. En cierto modo, este modo tan torpe en la narrativa de la serie le sigue pasando factura y aunque estemos ante una gran serie, ese «pero» parece que no sabe como quitárselo de encima.

Lo que nos lleva a nuestro último punto ….

6. Hay mucho que hacer en en la séptima temporada

The Walking Dead es quizás una de las series con mayor número de fans, aunque hemos de admitir que ha tenido temporadas (segunda y tercera) realmente malas, a pesar de ello, siempre ha sabido como sorprender cuando ha tocado, pero en medio de ello hemos visto episodios de «relleno» que no aportaban nada, personajes que debían morir cuanto antes, otros que no mueren nunca y esto nos lleva a una gran sexta temporada que a pesar de caer de nuevo en ese punto del ritmo lento, para luego dar varios saltos en el tiempo, establece una buena base para lo que está por llegar.

Haber llegado hasta aquí, hace que los espectadores que sigan viendo la serie merezcan una séptima temporada que valga realmente la pena. Una que al margen de buscar seguir manteniendo lo de ser la serie más vista de la televisión por cable, sepa como dejarnos clavados al asiento y con Negan cruzamos los dedos, para que eso realmente suceda.

 

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