Estreno de American Odyssey o cómo NBC sigue sin acertar con sus «thrillers»

¡¡¡ENTRADA REVIEW, CONTIENE SPOILERS!!!

The Blacklist es una de las series que mejor funcionan en la televisión actual. Una serie, que incluso sorprendió a NBC cuando la audiencia la recibió con tantas ganas y que no ha podido superar desde su estreno a finales de 2013. ¿De veras NBC no tiene nada similar con la que repetir buenas audiencias y «reviews» positivas? Pues parece que no y su última apuesta no va por el buen camino.

Recordemos que recientemente el canal estrenaba otro «thriller» (de espías) llamado Allegiance que  apenas le duró cinco emisiones y ahora prueba suerte con American Odyssey que se ha planteado como una serie de conspiraciones y acciones militares cuyo principal reclamo es poder ver de nuevo en pantalla a Anna Friel, a la que muchos echábamos de menos y sobre todo, adoramos cuando la vimos en Pushing Daisies, pero que no acaba de convencer. Por su planteamiento, American Odyssey bien podría ser una alternativa que ver en el mencionado canal mientras The Blacklist se toma un descanso, pero lo cierto es que no es así y al menos en su piloto, la trama que nos presentan no alcanza el listón planteado en sus promos, trailers e incluso en esa iniciativa que os comentamos días atrás y que consistía en promocionar la serie, y su emisión, a través de Google Maps.

Pero vamos por partes, American Odyssey parte de una premisa que te guste o no el género del «thriller», toma de este lo básico para atraer nuestra atención: acción, conspiraciones, espionaje y sobre todo, una protagonista a la que le pasa de todo y con por la que podemos tener empatía desde el minuto cero. Pero…¿qué no funciona en el piloto? Pues precisamente todo lo que he mencionado ya que parece que estamos viendo una mezcla de otras muchas ficciones y claro está, algo de originalidad no le habría venido nada mal.

American Odyssey es un «thriller» que como otros, sigue la premisa de ser oscura y algo enrevesada, llegando al límite de sus personajes y con giros sorprendentes en sus principales tramas, pero este primer episodio «Gone Elvis» no parece saber sacar todo el partido a lo que tiene entre manos y claro ante un arranque que es realmente flojo ¿cómo nos van a quedar ganas de seguir adelante?.

De todos modos soy de la opinión de que nunca hay que quedarse con la portada de un libro, y en el caso de la serie, jamás tenemos que varloar una ficción en función de su piloto a pesar de que este sea su carta de presentación y en el caso que nos ocupa tenemos a la sargento Odelle Ballard (Anna Friel), un soldado estadounidense dura y convincente (no es por comparar pero tiene cierto aire a la Carrie de Homeland) que podría ser la «excusa» para seguir viendo la serie.

En este primer episodio, conocemos a Ballard y cuál es su desgracia cuando su grupo, Task Force 24,  atrapa a un líder de Al Qaeda similar a Osama Bin Laden. Desafortunadamente para ella, una fuerza militar privada entra en acción para robarle a ella y a los suyos  la gloria, por lo que nuestra protagonista  acaba dimitiendo por orden de su superior, el coronel Glen (Trent Williams). Como hay algo que a Ballard no le convence en todo lo que está sucediendo decide descargarse cierta información de la que tan solo sabe que se llama SOC.

El grupo Task Force 24 se desplaza al desierto de Mali onde acaba siendo atacado por un misil que acaba con todos a excepciñon de Odelle que se había alejado del grupo para ir al baño (¿en serio?), que por otro lado, acaba siendo capturada por un grupo de bandidos que se han acertado al lugar de la explosión. Antes de ser atrapada Odelle ha tenido tiempo de enviar un mail a Glen para avisarle de que está viva (ni Jack Bauer podría tener tanta suerte).

El incidente conduce a muchos más problemas que Odelle nunca pudo imaginar. Tras esto, nos vamos a Estados Unidos, donde un hombre llamado Peter (Peter Facinelli) se da cuenta de que la nueva corporación para la que está trabajando podría hacer frente una grave situación contra al gobierno. El hombre es llevado a  la oficina del fiscal del distrito para probar la buena imagen de Societal Mining (“SOC”) y que realmente tiene una muy mala reputación.

Lo que empieza como mera curiosidad lleva a Peter a descubrir como SOC es responsable de haber querido contratar a un piloto que tiene como misión disparar un grupo de misiles a soldados americanos (¿suena familiar?), por lo que evidentemente acabará siendo amenazado.

Junto a esta conspiración, que debe mantenernos en suspense aunque no lo consiga, la serie cuenta también con elementos del » Occupy Wall Street» del que nos muestran un renacer en la figura de Harrison Walters (Jake Robinson), el hijo de un rico miembro de Wall Street que comienza a desentrañar algunos de los secretos del grupo de Odelle. Él encuentra su correo electrónico a Glen, informando de la muerte de todos en la explosión, y cuándo una foto de Odelle se envía a Al Jazeera demostrando que todavía está viva, la posibilidad de salvarla se convierte en fundamental para este movimiento «Occupy«.

Estas tres líneas argumentales son las que mueven el piloto pero la verdad es que se mezclan de una manera tan complicada (e incluso forzadas) que lo único que te provocan es que acabes saturado y lo peor de todo, que incluso te llegues a aburrir.

El piloto intenta meterse en tantas ideas y momentos sorprendentes que por culpa de su mala ejecución provocan el que tengamos ganas de más, aunque repito, que habrá que ver cómo se desarrolla. Hay un núcleo prometedor en cuanto a la inquietante historia de Odelle, aunque deberá mejorar bastante y sacarle más partido para que no acabe siendo retirada antes de tiempo.

¿Y vosotros habéis visto el estreno de American Odyssey? ¿Qué os ha parecido?