El año 2024 ha marcado un hito positivo en el rendimiento de las carteras multiactivos, señala la gestora Lombard Odier, que anticipa que 2025 continuará ofreciendo un contexto económico favorable. La desinflación global y la moderación de los tipos de interés serán claves, apunta, aunque las diferencias entre economías exigen una gestión activa y diversificada, avisa.
Estos son sus diez puntos clave para optimizar las estrategias de inversión en este entorno cambiante:
1. Desplegar capital: menos efectivo, más diversificación
Con la desinflación en curso y los bancos centrales reduciendo tipos, se prevé un contexto favorable para asumir más riesgo en las carteras. Países como Suiza y la eurozona ofrecen oportunidades para reubicar el capital, asegurando una adecuada diversificación.
2. Bonos corporativos: preferencia por grado de inversión y high yield
En renta fija, los bonos corporativos siguen siendo atractivos frente a la deuda pública, tanto en mercados desarrollados como emergentes. En Europa, destacan emisores de Alemania, Francia, España, Italia y Reino Unido. En emergentes, ser selectivos será clave, especialmente en Asia y América Latina.
3. Deuda pública selectiva: mejor en Alemania y Reino Unido
El aumento de los déficits y la deuda pública puede generar volatilidad en los bonos soberanos, especialmente en EEUU. Sin embargo, los bunds alemanes y los gilts británicos ofrecen mejores perspectivas debido a políticas fiscales más sólidas y un posible margen para recortes de tipos de interés.
4. Renta variable: prefieren EEUU y Japón
La renta variable se verá beneficiada por un entorno de crecimiento sostenido y tipos a la baja. Lombard Odier prefiere EEUU y Japón en mercados desarrollados, y Corea del Sur y Taiwán en emergentes. Los sectores cíclicos, liderados por materiales e industriales, tendrán un desempeño destacado.
5. Inversiones en infraestructuras: catalizadores del crecimiento
Tanto en mercados desarrollados como emergentes, el gasto en infraestructuras será un motor clave. Las elecciones en EEUU y Alemania podrían ser puntos de inflexión, mientras que en los BRICS la cooperación ampliada seguirá impulsando inversiones a gran escala.
6. Inversiones alternativas: un papel ampliado en las carteras
Los activos inmobiliarios, hedge funds y capital privado ofrecen oportunidades de diversificación en un entorno de tipos bajos. En Suiza y la eurozona, el sector inmobiliario destaca como una alternativa a la renta fija, mientras que los hedge funds y el capital privado amplían el universo de inversión con estrategias innovadoras y diversificadas.
7. Oro: un refugio sólido en tiempos de incertidumbre
Con un coste de oportunidad menor debido a los bajos tipos, el oro mantiene su atractivo, respaldado por compras estructurales de bancos centrales y su demanda como activo refugio. Aunque el fortalecimiento del dólar podría limitar su avance, se esperan subidas de precios en otras divisas.
8. Divisas: fortaleza del dólar como protagonista
El dólar estadounidense será un claro beneficiario de las políticas económicas y comerciales de EEUU, consolidando su posición frente a otras divisas como el euro, la libra esterlina y el yuan chino. La estabilidad del dólar refuerza su rol como ancla en las carteras globales.
9. Estrategias cíclicas en renta variable: materiales e industriales lideran
Un mundo multipolar con necesidades crecientes de inversión favorece a sectores cíclicos, especialmente materiales e infraestructuras, que aprovecharán los vientos de cola macroeconómicos.
10. Gestión activa: la clave del éxito en un entorno divergente
Dado que las economías avanzan a ritmos distintos, la gestión activa será esencial para identificar oportunidades y mitigar riesgos. Sectores, regiones y activos alternativos ofrecen nichos atractivos en un panorama global en transformación.