La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha abierto un nuevo capítulo en el mercado bursátil. El aplastante triunfo del Partido Republicano, que contralará las dos cámaras del Congreso, ha revalorizado ampliamente a las acciones estadounidenses frente a las europeas, que han corrido una suerte muy dispar. En este contexto, los expertos de Bank of America (BofA) creen que la renta variable norteamericana seguirá volando hasta finales de año.
"Marcamos nuestra meta para el S&P 500 a fin de año 2024 en 6.000 puntos, con riesgos equilibrados en las próximas semanas. Un crecimiento mejor del Producto Interior Bruto (PIB), junto con la certeza electoral, son factores positivos", afirman los analistas de la firma norteamericana.
De igual modo, estos estrategas reconocen que puede haber cierto temor a una corrección en los próximos doce meses después de que el principal selectivo bursátil haya subido un 70% durante este mercado alcista. Sobre todo, tras haber repuntado alrededor de 300 puntos desde el día de las elecciones. Sin embargo, BofA cree que este escenario no es tan probable como se puede temer.
"Vemos menos potencial alcista en el índice ponderado por capitalización de mercado y preferimos el índice ponderado de manera igualitaria. Los indicadores del mercado no apuntan a riesgos inminentes de un mercado bajista, pero exploramos señales que están más cerca de inclinar la balanza", apuntan.
UN 'RALLY' CON RECORRIDO
Pese al espectacular rebote postelectoral, Bank of America cree que todavía estamos lejos de que este 'rally' alcista toque techo. Ello, a pesar de que, según estos analistas, el sentimiento y la posición del mercado se han vuelto "peligrosamente alcistas", dejando menos espacio para sorpresas positivas.
"Los focos de euforia son claramente evidentes. El lado vendedor ahora tiene expectativas récord de crecimiento a largo plazo para los Siete Magníficos, a pesar de su mayor tamaño (¿son demasiado grandes para seguir acelerando? y de la agresiva inversión en capital: los CEOs dicen que el riesgo fundamental es no invertir lo suficiente en inteligencia artificial", indica la firma norteamericana.
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"Cinco acciones a comprar tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos"En este contexto, BofA cree que es recomendable 'infraponderar' las acciones cíclicas y las de alto rendimiento por aquellas que paguen dividendos. "Aquí, un mejor crecimiento del PIB y la reflación esperada con una Administración Trump 2.0 podrían traducirse en flujos de inversión más fuertes", añade.
Asimismo, estos expertos reflexionan que el S&P 500 podría tener un precio "perfecto", aunque cueste creerlo. Por un lado, el selectivo está "caro", pero esto no representa "ninguna novedad". Al mismo tiempo, la relación precio/beneficio por acción (BPA) normalizada de 27 veces actual implica una rentabilidad anual del 1% durante la próxima década.
Esto sería un problema, reconocen desde BofA, si el índice no tuviese la "calidad" que tiene, si estuviese "menos apalancado" y si no fuese "más ligero en activos que en décadas anteriores". Pero no es el caso.
Por un lado, empresas que componen el índice tienen negocios más sólidos, mejores fundamentos y están generando ingresos más estables y sostenibles que en épocas pasadas. Asimismo, estos valores compañías tienen menores niveles de deuda relativa, lo que reduce los riesgos financieros asociados con aumentos en los costos de financiamiento. Además, los modelos de negocio están menos basados en activos físicos intensivos (como fábricas o maquinaria) y más en activos intangibles (como tecnología, marcas o patentes), lo que puede hacerlos más flexibles y menos dependientes de grandes inversiones en infraestructura.
Por estas razones, explica BofA, los modelos tradicionales que comparan los múltiplos de valoración actuales con los históricos (como la ratio precio-beneficio o PER, por sus siglas en inglés) pueden subestimar el potencial de rentabilidad futura del índice. Es decir, "las previsiones de rentabilidad basadas en el contexto histórico no reflejan adecuadamente las mejoras cualitativas del índice y, por lo tanto, podrían ser demasiado pesimistas".
"Pronosticamos un BPA de 275 dólares para el S&P 500 en 2025 (+13% interanual). Una Administración Trump 2.0 respalda esta perspectiva, ya que los recortes de impuestos, una regulación más ligera y el regreso de la producción a EEUU son factores cíclicos a favor", afirman estos expertos.
Sin embargo, todo escenario alcista trae de la mano unos riesgos. Entre ellos, la firma estadounidense subraya la implantación de aranceles que pretende llevar a cabo Trump. En este sentido, el presidente electo planea imponer un arancel global del 10% y uno del 60% para los productos importados de China, aunque algunos productos podrían enfrentarse a aranceles más elevados. Es el caso coches eléctricos europeos, que podrían recibir un gravamen del 25%, mientras que los vehículos eléctricos procedentes de China podrían tener aranceles de hasta el 200%. Esta circunstancia podría reducir el BPA en más de un 10% debido a su impacto en el comercio entre EEUU y el resto del mundo.
De igual modo, la incertidumbre sobre las políticas que puede llevar a cabo, especialmente en materia fiscal a través de bajadas de impuestos y eliminación de subsidios, podrían menguar el BPA del S&P 500 en un 10% adicional. Asimismo, un repunte de la inflación y el déficit a causa de estas y otras políticas, como una política migratoria más estricta, podrían aumentar el rendimiento de los bonos a corto y largo plazo y, en consecuencia, elevar la caída del BPA del selectivo hasta el 30%.
"El rendimiento de los bonos a 10 años está 80 puntos básicos por encima de mediados de septiembre, y los clientes se preguntan cuál es el nivel peligroso para las acciones. No hay un número mágico, pero varios marcos de referencia apuntan a que un rendimiento del bono a 10 años superior al 5% es el nivel en el que los inversores vender acciones y compran bonos. Pero, a medida que los rendimientos a 10 años han coqueteado con el 5%, el S&P ha continuado alcanzando nuevos máximos. El riesgo de tipos de interés a los niveles actuales parece manejable: el 80% de la deuda del S&P 500 es de tasa fija a largo plazo frente a menos del 50% en 2008, y el rendimiento real actual de alrededor del 2% está aproximadamente en línea con el promedio posterior a 1950", sentencia BofA.