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A pesar de la presión internacional e interna por salir de Rusia, todavía hay bancos europeos con negocios allí. De hecho, los beneficios de las operaciones rusas de RBI, UniCredit y OTP Bank, los bancos europeos con mayor exposición a Rusia, siguen aumentando pesa a la presión reguladora para acelerar los planes de salida.

Así lo expone Milya Safiullina, analista del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings, la cual destaca en un reciente informe que RBI mantiene la mayor exposición de los tres a finales de junio de 2024, con un 17,2% de los activos ponderados por riesgo en Rusia. Este porcentaje prácticamente triplica el 5,1% de UniCredit y más que triplica el 4,8% de OTP Bank.

Los beneficios netos combinados de los tres bancos en el país crecieron un 9,1% en el primer semestre de 2024, hasta 1.200 millones de euros, aunque la capacidad de repatriar estos beneficios sigue siendo "limitada".

Al mismo tiempo, Safiullina subraya que el aumento de los riesgos de reputación, jurídicos y financieros, incluida la confiscación de activos en el marco de sanciones internacionales, ha dado lugar a un enfoque "prudente" que persistirá, en particular ante el riesgo de multas o de rescisión de las relaciones de corresponsalía bancaria como consecuencia de posibles investigaciones sobre sanciones por parte de las autoridades financieras europeas o estadounidenses.

"No obstante, en caso de salidas desordenadas, como la desconsolidación de las filiales rusas y las amortizaciones de los riesgos internos, las repercusiones en la adecuación del capital consolidado deberían ser manejables para los grupos", añade.

Según esta estratega, el proceso de desconsolidación de las filiales rusas es "complicado", dada la legislación local y la necesidad de autorizaciones en varias fases. "Creemos que los planes de reducción de la exposición anunciados recientemente son constructivos, aunque no del todo coherentes con las peticiones de los reguladores de una salida acelerada de Rusia", explica esta experta.

"Vemos un diálogo abierto con los reguladores y las autoridades financieras como una importante piedra angular de una toma de decisiones constructiva para los bancos, que se centran en una salida ordenada de sus negocios en Rusia", añade Safiullina.

Los beneficios de estos bancos dependen principalmente del diferencial entre los tipos de interés pagados a los depositantes rusos y los tipos de interés ofrecidos por el Banco de Rusia, el banco central del país.

Así, mientras que los bancos europeos han limitado sus nuevas actividades de préstamo en los últimos trimestres en un esfuerzo por reducir su presencia en Rusia, este trío ha experimentado una gran afluencia de depósitos, lo que ha impulsado su liquidez. Una parte importante del exceso de liquidez de las filiales rusas está colocada en el Banco de Rusia.

"Obtener beneficios es posible sin ampliar la base de clientes o incluso reduciéndola. Otra razón es la liberación de importantes provisiones para insolvencias, ya que la evolución de la calidad de los activos ha sido más sólida de lo que los bancos habían previsto desde febrero de 2022, cuando se intensificaron bruscamente las sanciones internacionales", apunta esta experta.

Por otro lado, las filiales rusas de bancos extranjeros siguen conectadas a SWIFT, el sistema mundial de mensajería financiera, por lo que desempeñan un papel crucial en las transferencias de dinero dentro y fuera de Rusia. Las comisiones pagadas por las transacciones, unidas a la elevada demanda de los clientes, han aumentado los beneficios desde febrero de 2022. Sin embargo, los pagos transfronterizos están disminuyendo o incluso han dejado de realizarse en dólares estadounidenses en los principales bancos.

Cabe recordar que los bancos de la eurozona se han visto presionados para examinar todas las opciones relativas al futuro de sus filiales rusas, incluida la reducción de actividades y las estrategias de salida. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha pedido recientemente a todos los bancos que aceleren sus medidas.

Sin embargo, apenas unas pocas entidades han podido vender sus negocios en Rusia, e incluso entonces, con grandes pérdidas para mitigar riesgos derivados de su presencia en el país tras la invasión de Ucrania. Société Générale y HSBC vendieron sus unidades rusas; Intesa Sanpaolo ha obtenido la aprobación para deshacerse de sus activos en el país, pero la operación aún no ha concluido.

"Creemos que los marcos de cumplimiento están bien establecidos, aunque las posibles investigaciones iniciadas por los reguladores y las autoridades financieras estadounidenses pueden conllevar riesgos de multas o de rescisión de las relaciones comerciales con los bancos corresponsales", sentencia Safiullina. Al mismo tiempo, está aumentando el riesgo de embargo de activos en unidades rusas. Las transacciones que no pueden completarse debido a las sanciones internacionales exponen a los bancos a un mayor riesgo de tales resoluciones y pesan sobre las provisiones.

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