Las perspectivas continúan empeorando en Francia, dado que "la incertidumbre política pesa cada vez más". En diciembre, la confianza empresarial volvió a descender y el clima laboral continúa deteriorándose. "En conjunto, los datos apuntan a un claro debilitamiento de las perspectivas económicas francesas", apuntan los analistas de ING.
Los últimos datos publicados muestran que la confianza empresarial registró en diciembre una caída de dos puntos, sufriendo descensos por tercer mes consecutivo. Además, la caída se produjo en todos los sectores, excepto en la industria, donde se mantuvo estable pero débil.
De hecho, el aumento del pesimismo para los próximos meses es particularmente notable en el sector de los servicios. "El antiguo motor de crecimiento de la economía francesa ya no funciona, aparentemente frenado por la incertidumbre política y el consiguiente deterioro del entorno económico", comentan. Y el crecimiento de la incertidumbre percibida también es fuerte en el sector minorista, donde los gerentes también están informando de una caída de las ventas pasadas.
Mientras, en la industria, la incertidumbre percibida está aumentando bruscamente, lo que lleva a los líderes empresariales a predecir un deterioro de las perspectivas de producción, a pesar de un aumento de los pedidos.
Esto se suma a que el clima laboral continúa deteriorándose, "lo que indica un futuro debilitamiento del mercado laboral y un probable aumento del desempleo", dicen en ING.
UNA RECESIÓN NO ESTÁ DESCARTADA
Con este escenario, consideran que los datos apuntan a un "claro debilitamiento" de las perspectivas económicas francesas y prevén que el Producto Interior Bruto (PIB) francés caiga un 0,1% intertrimestral en el cuarto trimestre, en contraposición de las estimaciones del INSEE y el Banco de Francia, que aún esperan que el crecimiento económico se estabilice a finales de 2024.
"La economía francesa va a afrontar un invierno difícil, con un estancamiento de la actividad y una recesión que no está descartada. Aunque podemos esperar una ligera recuperación cuando la situación política mejore, si es que lo hace, no será suficiente para dar un impulso significativo a la actividad francesa en 2025". Por tanto, siguen esperando un crecimiento del PIB del 0,6% en 2025, frente al 1,1% en 2024.
Sobre la situación política, comentan que seguirá influyendo en las perspectivas, puesto que, hasta que se forme un gobierno, el nombramiento de François Bayrou como primer ministro "no será suficiente para reducir la incertidumbre".
"La cuestión pendiente del presupuesto de 2025 sigue poniendo a las empresas y a los hogares en una situación de espera, lo que claramente frena la actividad. En este momento, lo único que es seguro es que el presupuesto de 2024 se prorrogará hasta 2025, ya que se ha aprobado la ley especial que lo permite. Esto significa que el déficit presupuestario seguirá siendo demasiado elevado, después de haber estado cerca del 6,3% en 2024", añaden.
Ven poco probable que se vote un Presupuesto en las próximas semanas, "lo que dificultará aún más el esfuerzo posterior para sanear las finanzas públicas".