El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves, con 178 votos a favor, la reforma fiscal del Gobierno que mantiene el impuesto a la banca, la subida del IRPF a las rentas del capital superiores a 300.000 euros y regula un tipo mínimo del 15% a las multinacionales, exigido por la Unión Europea (UE).
El paquete ha pendido de un hilo hasta el último momento y ha conseguido salir adelante gracias al acuerdo entre PSOE y Podemos para establecer un impuesto a las grandes compañías energéticas.
"El acuerdo supone el compromiso del PSOE y Podemos de impulsar una nueva proposición de ley que contenga un impuesto a las empresas energéticas. Con ese objetivo, en los próximos días se constituirá una comisión negociadora con participación de todos los partidos políticos necesarios para aprobar esta reforma para conseguir el consenso necesario para aprobar este impuesto", ha señalado Podemos.
La secretaria general del partido morado ha indicado que "el compromiso es que de esa comisión salga un impuesto a las energéticas", al tiempo que ha precisado que, si no se acuerda antes del 31 de diciembre, "se prorrogará el gravamen que ya existe".
"Si no se consiguiera ese consenso antes del 31 de diciembre, el Gobierno aprobará un RDL con la prórroga del gravamen a las empresas energéticas para el año 2025. En cualquier caso, esta estrategia habrá de ser compatible con no gravar las inversiones que se comprometan con la descarbonización, en línea con el comunicado publicado por el Ministerio de Hacienda el lunes 18 de noviembre", han detallado desde la formación política.
Finalmente, la reforma fiscal ha salido adelante con el apoyo de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos, BNG y Coalición Canaria. En contra han votado el PP, Vox y UPN.
En cambio, no se ha dado el visto bueno a la subida de la fiscalidad del diésel para equipararla a la de la gasolina, al impuesto a los bienes de lujo y ni tampoco a varias de las medidas pactadas entre PSOE y Sumar, como la supresión del régimen fiscal de las socimis.