
El 'Spring Statement' que Reino Unido acaba de presentar podría ser, según los analistas, una "medida provisional a corto plazo" antes de una revisión más exhaustiva de la política fiscal en el Presupuesto de otoño, cuando "se avecinan decisiones difíciles". Según opinan, la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, se queda a merced de acontecimientos que escapan a su control.
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Para los expertos de ING, la tarea que afrontó Reeves en su 'Declaración de primavera' era "sencilla, pero estaba llena de riesgos". No obstante, el desafío "parece haberse superado en gran medida, al menos a juzgar por la reacción del mercado".
"El aumento de los costes de endeudamiento había agotado todo su margen fiscal, dinero sobrante bajo la regla fiscal principal que exigía un superávit presupuestario para finales de la década. El Tesoro no tuvo más remedio que recortar el gasto, sin provocar una reacción política desastrosa, poner en peligro la ambición del Gobierno de impulsar el crecimiento ni elevar aún más los rendimientos de los bonos", comentan.
Sobre las medidas anunciadas, explican que la letra pequeña revela que todo el impacto se ha pospuesto hasta finales de la década. "Durante los próximos dos años, se prevé que el gasto sea mayor de lo previsto. El gasto diario departamental aumentará un 4% en términos reales durante el próximo ejercicio fiscal, frente al 3,1% anunciado previamente. Los recortes a los presupuestos de bienestar social y a los departamentos gubernamentales en general no entrarán en vigor por completo hasta dentro de cuatro años", dicen.
Las reglas fiscales se centran en lo que suceda con las finanzas públicas en el año fiscal 2029-2030, lo que "ha brindado a los sucesivos ministros de Hacienda amplia flexibilidad para posponer los dolorosos recortes del gasto en el futuro, con la esperanza de que la mejora de la situación económica finalmente eliminara la necesidad de implementarlos".
En su opinión, las cifras en juego de la 'Declaración de primavera' no son enormes. "El gasto total aumentará en un par de miles de millones de libras anuales durante los próximos dos ejercicios fiscales, antes de disminuir posteriormente. Esto es insignificante comparado con los aumentos de gasto del presupuesto de octubre, que superaron los 70.000 millones de libras anuales, repartidos entre los presupuestos corrientes y de capital".
Para Matt Swannell, asesor económico principal del Club EY ITEM, la 'Declaración de primavera' "podría ser una medida provisional a corto plazo antes de una revisión más exhaustiva de la política fiscal en el Presupuesto de otoño", cuando cree que el Gobierno podría intentar recuperar cierto margen de maniobra en relación con sus reglas fiscales.
Sin embargo, ve que esto será un reto "dada la dependencia de las finanzas públicas de las optimistas perspectivas de crecimiento de la productividad a medio plazo de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR). Recortes de gasto más significativos, cambios fiscales en las áreas protegidas por los compromisos del programa o una modificación de las reglas fiscales también podrían ser posibles, ya que la ministra de Hacienda busca crear el margen de maniobra necesario para una perspectiva fiscal más estable".
En su opinión, las medidas anunciadas "apenas aclaran cómo el Gobierno pretende responder a las grandes preguntas que definirán la política fiscal durante el resto de esta legislatura".
"Si bien los totales de gasto departamental no se fijarán hasta mediados de este año, el gasto diario general implica que algunos de los departamentos gubernamentales desprotegidos seguirán enfrentándose a presupuestos complejos. Ante estos desafíos, el Gobierno tendrá que recurrir en gran medida a ambiciosos planes para mejorar la eficiencia del sector público y poder prestar servicios públicos. Sin embargo, siempre existirá la duda sobre hasta qué punto esto será posible", afirma.
Mientras, la visión de Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, es que puede que Reeves haya logrado su objetivo inmediato de mantener el margen fiscal, "pero incluso la Oficina de Presupuesto (OBR) ha destacado la rapidez con la que este podría desaparecer de nuevo".
"Por lo tanto, aunque Reeves ha logrado reconstruir su margen fiscal, la deja, una vez más, a merced de acontecimientos que escapan a su control. Si este margen fiscal se ve erosionado, ¿podrá la ministra de Hacienda recortar el gasto de nuevo o habrá subidas de impuestos en el horizonte?", se pregunta. "Reino Unido aún no está a salvo, pero podría, finalmente, estar avanzando en una dirección ligeramente mejor con cierta estabilidad en las finanzas públicas y un bajo listón para el crecimiento este año", responde.
Respecto a las previsiones actualizadas de crecimiento económico, resalta que la OBR ha rebajado el listón para el crecimiento de Reino Unido este año, "lo que podría ser positivo para el gobierno si la economía británica se recupera en los próximos trimestres".
En este sentido, en ING consideran que la última mejora de las previsiones de crecimiento a medio plazo podría no perdurar: "La OBR se mantiene relativamente optimista sobre el crecimiento de la productividad, a pesar de que la producción por hora ha caído repetidamente durante los últimos dos años. En algún momento, la OBR probablemente tendrá que rendirse y recortar sus previsiones. Y si lo hace en el Presupuesto de otoño, reducirá aún más el dinero disponible bajo las reglas fiscales".
"En el Presupuesto de otoño, esto podría dejar al Tesoro sin otra opción que impulsar aún más los planes de gasto público. En ausencia de nuevas mejoras en el crecimiento del PIB, o una caída en los rendimientos de los bonos del Estado (que no es nuestro caso base), creemos que es probable que esto requiera más aumentos de impuestos", aseguran.
En Berenberg coinciden en esta visión: "Si el crecimiento decepciona, la ministra de Hacienda probablemente tendrá que realizar más recortes de gasto o subir los impuestos", dicen, añadiendo que "un crecimiento del PIB real decepcionante, tipos de interés más altos de lo previsto o la incapacidad del Gobierno para asumir los recortes en algunos servicios públicos que implican los planes actuales podrían volver a deteriorar las previsiones fiscales".
Para ellos, la pregunta pendiente es si el Gobierno podrá llevar a cabo los ajustados planes de gasto necesarios para lograr la consolidación fiscal sin subir los impuestos. "El Gobierno es consciente de que la carga fiscal es elevada en términos históricos, por lo que persigue una agenda de centroderecha de reducción del Estado y recortes del gasto social que contradice sus principios. La amplia mayoría parlamentaria del Partido Laborista debería permitir al Gobierno persistir en esta agenda", expresan.